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Voto de Chris Jiménez:
5
Comedia Hipólita (Gracita Morales) trata de vivir de su voz y su físico en un cabaret, sin contar con el favor de la genética... y, por eso, vive mal. En una noche en el club, Hipólita conoce a Daniel (José Luis López Vázquez), viajante de una fábrica de artículos de broma, que espera tener una noche de desenfreno con su amiga Violeta (Mara Cruz), otra cabaretera. La aparición de un agente secreto chino en el club desencadena una intriga de ... [+]
7 de junio de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a un pequeño traspiés en 1.963 con "La Hora Incógnita", auténtica joya desconocida del cine que sin embargo fracasó estrepitosamente en su momento (y es que en España si no era, y no es, por una comedia nadie va a las salas, por desgracia...), la carrera de Mariano Ozores no dejaba de alargarse año tras año y logrando un éxito de taquilla con cada obra que estrenaba.

Aquella genial "Operación "Secretaria" " demostró al público la infalible química que poseían en pantalla José Luis López Vázquez y Gracita Morales, una pareja que aún tendría que llenar los bolsillos, y mucho, al director. Con" Crónica de Nueve Meses", otra de sus más aplaudidas comedias (de la que incluso él mismo hará un "remake" casi dos décadas después), regresa al color, y en ese mismo año vuelve a juntar al dúo pródigo para una nueva aventura que significará el inicio de su conocida Trilogía de Espías, completada con "Objetivo: "BI-KI-NI" " y "Operación "Mata-hari" ", en un momento en que este tipo de películas de pura evasión consigue atraer la atención de todo el mundo.
De hecho durante ese 1.967 llegan a los cines dos entregas de la saga James Bond, una es "Sólo se Vive dos Veces" y la otra un disparate mayúsculo con reparto técnico y artístico estelar llamado "Casino Royale". Ésta última poco o más bien nada tiene que ver con la saga original, pues se dedica a parodiar y burlarse de las hazañas del agente secreto británico, y precisamente en esa línea iba a enfocar el cineasta madrileño su "Operación "Cabaretera" ", que da comienzo en una resplandeciente y abarrotada Costa del Sol en pleno "boom" turístico, cuando los extranjeros llegados de los Países Bajos y otros lugares de la lejana Europa constituían la postal típica de las playas.

Dos son los protagonistas de esta aventura y pronto se cruzarán por accidente para ya nunca separarse. Uno es Daniel Antúnez, un vendedor ambulante de artículos de broma y cuya aburrida apariencia de contable veterano encierra un auténtico vicioso con pretensiones de casanova; el otro es Hipólita, una joven sin mucho porvenir en la vida lanzada al sucio mundo de la prostitución (esto, por supuesto, insinuado de una manera muy prudente para evitar problemas con la censura de la época) cuyo sueño es ser artista de la canción.
Ambos se encontrarán en la misma sala de fiestas casualmente y no en amistosas condiciones mientras un agente secreto asiático es perseguido sin cuartel por las oscuras calles por unos asesinos a sueldo, y el destino querrá que por buscar una salida vaya a parar a los brazos de la pobre Hipólita. La peripecia de los protagonistas dará comienzo cuando este espía muera a manos de sus perseguidores, y, como es lógico, el viajante y la chica que le acompaña deberán ayudar a Hipólita, debido a un cuchillo "de broma" que no tendría que estar en la escena del crimen; éste será sólo uno de los objetos "accidentales" que implicará al trío y servirá de motor de los divertidos sucesos.

Esto unido a un baúl en el cual deberá ser escondido el cuerpo (recurso al que Ozores ha vuelto varias veces en su filmografía) y uno de los elementos más típicos del cine de agentes secretos: el microfilm. Tanto el humor negro como la parodia más desenfadada y absurda se darán de la mano en la trama, que nos conducirá a un hotel de Marbella donde Hipólita, Antúnez y Angelita, cuales personajes de una intriga en la mejor tradición "hitchcockiano" deben intentar pasar desapercibidos, deshacerse del cadáver y evitar a los asesinos, aunque no son las ganas de huir sino la codicia la que guiará sus actos, sobre todo los de Hipólita.
Ozores da la conveniente agilidad al argumento con sucesivos "gags", sin embargo parece no esmerarse en el guión como en anteriores ocasiones y prefiere optar por colmarlo de ese humor grueso de la época con el personaje de Daniel como perfecto exponente de ello. Así, todo lo que suceda relativo a la intriga o al suspense estará sujeto al más puro enredo aderezado con picante, eso sí, siempre de un modo muy recatado (aún quedaban años para que el director mostrase un desnudo femenino integral); los equívocos, las persecuciones y los engaños (además de una actuación de Morales que no tiene precio) conducen a un clímax absolutamente alocado.

Con metralletas, explosiones y cacería por mar haciendo esquí acuático que resulta ser una parodia castiza en toda regla de las películas de James Bond, con su estilo colorista, su incongruencia (disparando en plena Costa del Sol y la policía nunca llega...) y su afán por el puro espectáculo. Con su particular gracejo y facilidad para causar simpatía, a pesar de que ésta no fue la actitud que mostró durante el rodaje, como de costumbre (su carácter ya estaba empezando a resentirse), Gracita Morales lleva la voz cantante como heroína atípica y protagonizará una serie de números musicales tan graciosos como algo vergonzosos.
En especial el que veremos junto a un López Vázquez histriónico, sinvergüenza y vicioso como siempre (el peso del encasillamiento, que es muy grande). Junto a ellos están un simpático Antonio Ozores, Tomás Blanco, las preciosas Mara Cruz y Marisol Ayuso y los actores asiáticos Ricardo Matsuda y Elizabeth Wu, tan preciosa o más que las dos anteriores. Destaca la puesta en escena y la facilidad para la caricatura y para la acción que posee Ozores, pero el exceso de comedia típicamente española empantana el resultado y la buena idea que alberga el guión queda bien expuesta, pero mal desarrollada.

Viendo el buen resultado obtenido en taquilla, el cineasta volvería a la parodia de espías rápidamente y perfeccionando algo más su estilo y sus argumentos (por vagos que fuesen), lo que queda reflejado en la mejor "Objetivo: "BI-KI-NI" ".
Llego así a la 40.ª película que veo del director, y a pesar de todos los fallos puedo afirmar que me ha divertido mucho.
Chris Jiménez
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