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Voto de Chris Jiménez:
7
Acción Un conocido terrorista islámico es detenido. Tras ser entregado a las autoridades norteamericanas, miembros de su grupo negocian su liberación, después de cometer un atentado en Londres y secuestrar un avión Boeing 747 lleno de pasajeros en el que embarcan una bomba de gas nervioso que tienen intención de hacer explotar en Washington. (FILMAFFINITY)
24 de agosto de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gracias a la (para algunos) mítica saga de "Aeropuerto", el cine de catástrofes, cuya época de mayor esplendor en Hollywood se podría decir que fueron los años '70, obtuvo una ramificación increíblemente lucrativa de cara a la taquilla y que además servía para tejer fábulas de ficción aprovechando el temor que el pueblo americano sentía por el terrorismo: la catástrofe aérea.

Durante toda la década no dejarían de surgir películas con avión secuestrado y de vez en cuando una bomba sobre él, lo que permitía al director construir un ejercicio de tensión más o menos inteligente. Este subgénero, un tanto perdido y acomodado en la pequeña pantalla con más asiduidad, viviría una inesperada resurrección en los '90 de la mano de títulos como "La Jungla II: Alerta Roja" (aunque su escenario se dé fuera del avión), "Pasajero 57", "Con Air", "Turbulence", "Air Force One" o ésta misma que nos ocupa, aunque los resultados no fuesen muy satisfactorios para algunas producciones.
En plena fiebre del género y del miedo por los ataques terroristas islámicos, el proyecto de los hermanos Jim y John Thomas (guionistas de "Depredador" y "Wild Wild West") sería apadrinado por el productor Joel Silver situando tras la cámara al veterano de la edición Stuart Baird, en lo que fue su debut como realizador. Ejercicio de convicción más o menos sólido para demostrar su valía más allá de los límites de la sala de montaje, ésta sería la primera piedra de una exigua filmografía donde sólo se puede destacar ese interesante "spin-off" de "El Fugitivo" llamado "U.S. Marshals" (el cual, para más inri, también contaba con su desastre aéreo al principio).

"Decisión Crítica" comienza con el asalto a un refugio de terroristas chechenos para recuperar un peligroso gas químico robado, secuencia un tanto peligrosa pues, al tener a Steven Seagal al frente, puede inducir a error a sus fans (y lo seguirá haciendo hasta mucho después). Por fortuna la película nos lleva a conocer al agente de Inteligencia David Grant, en plena clase de pilotaje (ya dándonos pistas de lo que podría suceder más adelante...), llamado a formar parte de un gabinete de crisis, pues un 747 ha sido tomado, cómo no, por terroristas árabes dispuestos a estrellar el aparato con todos los rehenes, y de paso con ellos mismo, si su líder Jaffa no es liberado de las garras de EE.UU..
El espíritu de las novelas de Tom Clancy flota en el aire mientras se recurre al clásico y estereotipado tema del secuestro y la catástrofe sobre el país; pero como el cine ya nos ha enseñado, se hallará una vía alternativa para este tipo de contingencias sin necesidad de destruir el avión. Solución cuando menos ingeniosa: abordarlo en pleno vuelo y hacerse con su control, sencillo a primera vista pero nada más lejos para el equipo encargado, donde por supuesto figura Grant.

Lo que pasa es que uno ya es perro viejo en este cine y pocas sorpresas puede asegurar el desenlace de una historia "masticada" como la de "Decisión Crítica", y es que no es tan interesante predecir el final sino cómo se las apañarán los soldados desde que penetran en las entrañas del avión hasta el aterrizaje del mismo, unos hombres con todos los elementos en su contra y no obstante contando con un montón de aparatos y técnicas, la ayuda de una valiente azafata...y, por obra y gracia del guión, ¡la suerte, que nunca parece abandonarles! Unos hombres dispuestos a salvar las 400 vidas norteamericanas que van a bordo del aparato y el orgullo de la patria y, aunque nadie lo diga, tapar sus errores y los de aquellos dirigentes políticos que han provocado esta situación.
Como veterano editor, Baird es un hombre que sabe medir con precisión el nivel de suspense e intriga para poner al espectador en vilo durante un periodo de tiempo necesario (nótese que los aguerridos protagonistas salvan todos los inconvenientes planteados por el guión en el último momento, lo que resulta no poco, sino nada creíble para el espectador). Además de esto tiene la ayuda de Silver para un espectacular despliegue de acción y grandes efectos especiales. No se le puede reprochar nada a un film como éste ni al director.

Su sana intención de entretener basándose en la adrenalina que acumulan sus secuencias, llenas de tensión y violencia efectista, se cumple con creces. Queremos ver cómo ganan los "buenos" y cómo pierden los "malos". Punto; "Decisión Crítica" halla su reflejo en la bomba que Cahill y "Cappy" han de desarmar: un buen circuito de ingeniosas trampas que bajo su vistosa carcasa esconde un explosivo aparentemente muy difícil de desactivar (aparentemente).
Con una actuación bastante forzada, Kurt Russell cumple su función de héroe inesperado seguido de un decente tropel de secundarios: Joe Morton, Charles Hallahan, J.T. Walsh (de nuevo colaborando con Russell), un muy detestable David Suchet, los simpáticos John Leguizamo y Oliver Platt y una guapa y jovencita Halle Berry ganándose el pan en un papel creado por pura conveniencia del argumento. De invitado, un Steven Seagal que no permanecerá tanto tiempo como sus fans (yo mismo) creen; sin duda acertada decisión por parte de Silver, quien nunca le permitió obtener el protagonismo que buscaba (la verdad es que el tipo llegó al plató creyéndose el amo del cotarro y ganándose rápidamente el odio de todo el mundo).

Pese a su previsible estructura y desenlace y algunas secuencias que quitan el hipo por su inverosimilitud (la entrada de Grant en la cabina a lo Charles Bronson...), fue éxito rotundo de taquilla aunque no mirado con buenos ojos por la crítica, que no dejó de considerarla como la típica cinta de acción comercial del momento.
Lo es, desde luego. Una explosiva combinación de "Speed", "Jungla de Cristal" y "Delta Force" con olor a "thriller" de John McTiernan y Tony Scott, a veces ingeniosa, otras ingenua, pero definitivamente entretenida.
Chris Jiménez
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