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Voto de Chris Jiménez:
6
Drama. Romance. Intriga Eguchi viaja a Yanagawa para preparar su tesis. Se hospedará en la casa de los Kaibara, donde será recibida por la hija, Yasuko, mientras que el resto de la familia vive con cierta distancia unos de otros. Cuanto más tiempo pasa, Eguchi irá descubriendo las complicadas relaciones entre ellos.
18 de marzo de 2024
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Un verano que aún persiste con fuerza en la memoria. El sonido del agua empieza a brotar sólo con mencionar Yanagawa, que en su terminación incluye la palabra "río".
El rumor del Chikugo y los colores de los lirios en la orilla dan sonido y color a este lugar que toma forma de abanico gracias precisamente a las numerosas bifurcaciones de sus ríos...

Es una antigua ciudad bendecida con una hermosura atemporal. Takehiko Fukunaga la conocía, pero, aun encontrándose cerca de Futsukaichi, su ciudad natal, nunca la llegó a visitar; lo único que tenía de referencia cuando empezó a escribir "Haishi" eran algunos álbumes de fotos y los poemas de Hakushu Kitahara, que nació allí. La ciudad de la que hablaba en su relato, publicado por entregas en una revista a lo largo de 1.959, fue producto de su imaginación, un espacio soñado, y sin embargo muy humano también, y para ello adoptó un estilo lírico que diera un sonido propio al escenario único que había creado.
El sr. Obayashi, un enamorado de la literatura de Fukunaga que desde siempre quiso adaptar sus libros, empezó a escribir el guión de "Haishi" durante el rodaje de "The Girl who Leapt through Time", y aprovecharía sus vacaciones de verano para, junto a un equipo pequeño, realizar al fin una adaptación en Yanagawa, que ocupó sólo unos días y contando con un presupuesto realmente bajo. Sin duda el proyecto adecuado para la Art Theater Guild, que participa en la producción: una obra personal, íntima y minimalista. Este es el ambiente en el que nos absorbe la película nada más comenzar.

El protagonista, Eguchi (tomando el lugar del narrador omnisciente y anónimo del texto), ha ido de viaje a este paisaje tan apartado de Kyushu para completar con calma su tesis universitaria. Lo importante es que nos está narrando una experiencia de su vida pasada, de ahí que el lugar se presente bajo un aura casi neblinosa, pues como dice él, "los días de juventud pasan tan rápido que los recuerdos acaban borrándose", y Obayashi, utilizando las apropiadas cámaras de 16 mm., filma con gran fascinación cada centímetro del espacio, como si se tratase de su Onomichi natal.
Siguiendo a Eguchi entramos en la posada donde se hospedará hasta que termine sus vacaciones, y allí conocemos a Yasuko, la joven que la dirige (Satomi Kobayashi, que repite con el director tras "Tenko-se"). La misma fascinación embarga al primero y así se expresa en la película; las luciérnagas, la luna reflejada sobre las aguas del lago frente a la habitación alquilada, el sonido de las barcas que lo cruzan, las hojas que se mecen al mismo ritmo, incluso los pies desnudos de la chica sobre la tarima, un escenario donde Obayashi, como nunca antes había hecho, deja fluir su sensibilidad artística, de una manera evocadora, casi onírica, con ciertos ecos "bergmanianos".

El llanto de una mujer frente a la posada (un motivo recurrente) termina de realzar la atmósfera de misterio. Pero la naturaleza de esta ciudad se revela rápidamente, pues la belleza que ofrece es asimismo la condena de sus habitantes, les ata, les aprisiona, de ahí el título de la obra, "Haishi", "ciudad desierta"; Yasuko y su cuñado Naoyuki (Toru Minegishi, una vez más junto a Obayashi) describen Yanagawa como una tierra de muerte y miseria humana. Son palabras amargas, y la melancolía y la tristeza marcan entonces el tono, acorde a la forma de hablar de los actores, que adoptan la de la ciudad.
En especial la legendaria Takako Irie, aquí muy anciana, es quien mejor lo ejemplifica, alargando las sílabas en sus diálogos con la misma parsimonia con la que se mueven los ríos. Por desgracia el personaje de Eguchi es muy extraño, no participa activamente en los hechos, es un espectador que observa y escucha con curiosidad al resto de personajes, y aún más desplazado queda cuando el guión propone una especie de drama romántico que envuelve a Yasuko, Naoyuki, su esposa Ikuyo, quien vive recluida en un santuario, y su amante Hide. Cuadrado amoroso donde cada extremo simboliza un sentimiento con respecto a la situación que ofrece el entorno.

Naoyuki, quien, pese a amar incondicionalmente a Ikuyo, intenta sobrevivir al hastío y frivolidad del matrimonio, la tradición, con Hide, una mujer con la que comparte un romance cálido, mientras Yasuko es el presente condenado, ahogado por la opresión, y cuyo destino, según piensa, sólo puede ser una muerte silenciosa, la ausencia total de futuro. Este melodrama, que por sus turbulentas relaciones en un espacio tan sugerente, misterioso y sensual recuerda a la lectura de Tanizaki, presenta aquí el peor enfoque posible...porque se supone que Eguchi era el protagonista.
Pero mientras evoluciona la intriga sólo le vemos reaccionar de fondo, y Kisuke Yamashita le interpreta con una insensibilidad tan irritante que uno nunca llega a descifrar sus propósitos; es el mayor problema: quien se situaba en el lugar del espectador poco a poco se convierte en alguien totalmente insignificante para la trama. Ni sirve de consuelo, ni aconseja, ni reacciona, parece como si el aura de la ciudad le hubiese absorbido el alma por completo; en cierto modo recuerda al flemático personaje que Shuji Sano interpretaba en el clásico de Gosho, "An Inn at Osaka", con la que guarda alguna que otra semejanza.

Los habitantes de la Yanagawa, preocupados por el título de la película, no tenían ni idea de que sucedería lo mismo que en Onomichi después de filmar allí Obayashi su trilogía: un fuerte incremento del turismo gracias a los cinéfilos y otros curiosos.
Entre esas obras suyas dedicadas a explorar entornos rurales, intimistas, profundamente emocionales, evocadoras, "Haishi" destaca sobre todo en términos artísticos, musicales y visuales. Es una lástima que su argumento y desarrollo sean tan irregulares...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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