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Voto de Chris Jiménez:
9
Comedia Un grupo de cuatro jóvenes de una "High School" consideradas como las más populares, cometen todo tipo de crueldades con sus compañeras y compañeros. Una de estas chicas, Verónica Sawyer (Winona Ryder), empieza a darse cuenta de que lo que hacen no es bueno, pero le resulta difícil salir del grupo. Aliada con un nuevo chico que ha llegado a la escuela, logran matar a tres alumnos molestos, aunque en todos los casos aparecen como ... [+]
7 de diciembre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un mundo donde zorras malvadas, descerebrados abusones y cabezas huecas dictan las leyes y vician el espacio con sus vacuas existencias, es preciso un remedio.
Jason y Veronica van a empuñar bien fuerte las guadañas y de un tajo arrancarán las malas hierbas que crecen en el patio de recreo de su podrida sociedad...

Los '80 dan sus últimos suspiros y en cuanto a cine sobre adolescentes el bombardeo ha sido constante, incluso antes de que John Hughes encendiese las "dieciséis velas" que iluminarían el género en años siguientes; en la superficie se escucha el eco de las risas que ha dejado "Porky's", entre la tierra se remueven "raras avis" como "River's Edge"; la última mutación de las "teen movies" va a llegar por medio del interesante guión que Daniel Waters ideó imprimiendo en él algunas experiencias personales y con la sana intención de enviárselo nada menos que a Stanley Kubrick.
Por desgracia el nativo de Ohio, que contaba 26 años por aquel entonces, fracasó en su intento, así que el proyecto acabó de rebote en las manos de un Michael Lehmann que no había hecho nada todavía, siendo este su debut cinematográfico (y más tarde trayéndonos cosas tan interesantes e irregulares como "El Gran Halcón", "Cabezas Huecas" o "40 Días y 40 Noches". New World Pictures, que va a sufrir los efectos de una posible bancarrota, se arriesga con esta historia que empieza como un cuento, con tres hadas caminando por un jardín celestial mientras el "¡Qué Será, Será!" de Doris Day aporta los matices que desvelan una realidad bien distinta.

Pues no son tres hadas, sino tres brujas de pura raza que literalmente destruyen el suelo que pisan, tres caras de una misma maldad, y las tres llamadas Heather. Entraremos al instituto donde se erigen como las reinas de la popularidad de la mano de una arrolladora Winona Ryder, quien escupe por la boca de su Veronica furiosas peroratas acerca del tormento sufrido al hacerse amiga de ese trío de arpías; sí, puede que Waters y Lehmann dediquen un rato a bombardearnos con los clichés más manidos y las intervenciones de los más conocidos arquetipos de las comedias estudiantiles...pero la óptica por la que son observados parece estar desenfocada y empañada de suciedad.
Porque en "Heathers" nada es lo que parece. Se nos presenta un lugar muy conocido y linealmente ochentero, en todo su colorido y estrafalario imaginario, y no obstante director y actor nos hacen cruzar a su negro reverso; ese empujón nos lo dan quizás los dos disparos de Jason a los subnormales de Kurt y Ram, los que han partido por la mitad las "dieciséis velas" de Hughes. Pero antes podemos ver cómo Veronica lanza una mirada penetrante sobre ese chico apartado en una esquina, un "outsider" con el apellido del mítico actor que personificó la esencia de la revolución juvenil tres décadas antes; su unión es sin duda fruto de una pulsión.

Cual remedo algo más encantador del Mark que interpretó en "Twisted", Christian Slater logra una química sin igual con Ryder en pantalla; sus protagonistas podrían figurarse como dos estrellas errantes que chocan en una galaxia vacía, y así, entre los abusones, los "nerds" y las reinas, ellos se lanzan contra todo ese microcosmos despersonalizado, anodino y dominado por su propia inútil jerarquía. Jason es la locura y la venganza que hierven en Veronica, por mucho que pretenda encerrar esa depredadora sensación en las páginas de su diario; con un vaso de lejía éstos y la película se cargan el reinado de las chicas populares, y la "teen comedy" pasa a ser un mito.
Desde un humor y un ingenio corrosivos muy heredados a partes iguales de John Waters, Danny DeVito, Joe Dante y los Coen, se toma buena nota del áspero discurso y la podrida visión que Tim Hunter daba en la mencionada "River's Edge", y Waters y Lehmann se proponen hacer de los adolescentes tan optimistas de aquellas fábulas escolares un atajo de energúmenos precipitados a la banalidad de una vida saturada por el ansia consumista, el sexo sin amor, el deseo de mimetizarse con la masa, la falsa amistad, la irresponsabilidad y el egoísmo; Jason y Veronica, un preámbulo de Mickey y Mallory Knox, llegan para abrir por la fuerza los ojos de todos.

Que a raíz del suicidio orquestado por ellos los elementos más repulsivos del centro sean considerados héroes y espíritus de entera nobleza y humanidad a ojos de todos evidencia lo perdida que está una joven generación "X" la cual sólo en la muerte pueden alcanzar la felicidad que por todos es negada en el mundo real; a un lado la de los progenitores y profesores, fracasados sin propósito, ausentes, chiflados dementes e inútiles inservibles (el padre de Veronica, por ejemplo, nunca sabe qué hacer) que prefieren morir lentamente y dejar a sus sucesores exterminarse entre ellos. Es la cara enferma de esos EE.UU. recién gobernados por George Bush tras la despedida de Ronald Reagan.
Brindando un ritmo vertiginoso a su periplo de muerte (cuyo origen podría estar en el clásico "underground" "Masacre en Central High"), un estilo visual impactante, no pocas veces de carácter surrealista (el sueño de Veronica como mejor ejemplo), saturado de colores intensos, planos aberrantes de factoría y sabor "argentiano", y un humor como proyectado desde la sonrisa torcida de Freddy Krueger, "Heathers" es en efecto una jarra de lejía que tragamos con la mayor de las felicidades, y del sangriento cara a cara de la pareja surge un deleite indescriptible, el que nos lanza a un clímax tan brutal como delirante (cambiado, para desgracia de Waters).

Unos diálogos que rezuman violencia y un reparto secundario tocado por la gracia (destacando Kirk Scott y las irritantes Kim Walker y esa Shannen Doherty pre-"Beverly Hills 90210", redondean este clásico que sin embargo fue un absoluto fracaso en su momento, la gota que colmó el vaso de New World Pictures.
Gracias a ella (y junto a otras perlas como "The 'Burbs" o "La Guerra de los Rose") se empieza a moldear el humor de la década siguiente...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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