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Voto de Chris Jiménez:
7
Comedia Una serie de entrevistas, con quienes lo conocieron, nos introduce en la vida del incompetente atracador Virgil Starkwell, que desde el principio estuvo abocado a la delincuencia: durante su infancia vivió sometido y humillado por los chicos más fuertes, y cuando descubrió que su carrera musical no tenía futuro, a Virgil no le quedó más remedio que robar, pero su escaso talento pronto lo conduciría a la cárcel. (FILMAFFINITY)
13 de junio de 2018
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"Yo creo que mi trabajo es productivo y con suerte resulta agradable. Trabajas las horas que quieres, eres tu propio jefe, viajas mucho, conoces a grandes personajes y tiene más ventajas que inconvenientes en general y...oiga, ¿sabe si ahí fuera está lloviendo?".
Palabras de Virgil Starkwell, alguien que empezó a delinquir a muy temprana edad y cuya vida estaría marcada por el sufrimiento, la pobreza y la eterna huida de la justicia. Tras ser condenado finalmente a 800 años de cárcel se dispone a narrarnos su historia.

El 1 de Diciembre de 1.935 (fecha de nacimiento real de Allen), nuestro protagonista nace en el seno de una familia donde no encuentra el calor que desea: le pondrían de nombre Virgil, y de sexo varón, como su padre. Criado en los suburbios, de niño intentaría ir por el buen camino pero la delincuencia y la difícil vida acabarían por influenciarle, así que sus únicas compañías serían rufianes, golfos y ladrones de poca monta, con las cuales iría cimentando una juventud basada en los delitos...aunque, por supuesto, sin el éxito deseado.
Patoso, inocente y sin malicia, Virgil hará lo posible por llevar una existencia honrada junto a la dulce Louise, con la que tendrá un hijo (al que le pondrían de nombre Virgil, y de sexo varón, como su padre), pero las ansias de una vida mejor le seguirán empujando a atracar bancos, cometer múltiples delitos y fugarse de numerosas prisiones. Frustrado y más arruinado que nunca, preparará un lucrativo atraco que le permitirá retirarse definitivamente...pero falta que, por una vez en su vida, tenga algo de suerte.

Hay por ahí muchos que se declaran fans a muerte del cine de Woody Allen y, sin embargo, no simpatizan con sus primeras películas...eso sí, se deshacen cuando toca hablar de "La Rosa Púrpura del Cairo", "Hannah y sus Hermanas" o "Delitos y Faltas"; muy buenos films, pero la trayectoria de Allen, por si alguien que no lo sabe, no empieza en 1.980, sino once años antes, en los cuales el neoyorkino daría rienda suelta a su faceta más humorística donde cosecharía algunas de sus mejores obras (aunque a alguno le pese oírlo).
Hace obras de teatro, aparece en comedias como "What's new, Pussycat?", cuyo guión escribe, y "dirige" uno de los montajes más grandes de la Historia del cine, "What's up, Tiger Lily?" (apropiación de la tercera parte de una popular serie de "thrillers" nipones llamada "Kokusai himitsu Keisatsu" con la rastrera intención de añadirle diálogos inventados y cambiar la estructura de la trama). Esto, por supuesto, ni es película ni es nada; Allen tendrá que esperar hasta 1.968 para convertirse en realizador, y lo hará rescatando un viejo proyecto escrito junto a Mickey Rose, aunque su idea principal era que lo dirigieran otros.

Jack Rollins y Charles Joffe, agentes del actor reciclados en productores, conseguirían la financiación suficiente para que Allen pudiera llevar a la gran pantalla esa especie de falso documental en el que ponía mucho de su propia vida y experiencia y con el que parodiaba el cine de atracadores, presidiarios y fugas. Según el propio director, deseaba realizar el film a modo de documental ya que ese formato sólo se usaba en base al drama o a la denuncia; puede que sea lo más sorprendente de su debut, la audacia visual con la que recurre a imágenes de archivo mezclándolas con escenas de ficción y testimonios la mar de realistas, anticipándose, en cierta manera, a uno de sus mejores trabajos: "Zelig".
El resto es exactamente lo que nos podemos esperar del Allen de la primera etapa, una sucesión interminable de imaginativos "gags" e irreverentes chistes (ya se atisba su humor judío) que demuestran que el absurdo imaginario del hombrecillo de gafas de pasta parece no tener límites, al tiempo que critica, por medio de la sátira, la situación de las prisiones y la política y las leyes de la América de los '60. Por supuesto, no olvida homenajear a los hermanos Marx o Chaplin, sus mayores ídolos, guardando una cita a este último con la relación de Virgil y Louise, variación de la pareja del clásico vagabundo y la bella, pura y generosa dama.

El amigo Woody se inventa con Virgil Starkwell el paradigma de personaje inepto, torpe, neurótico, inocentón, con mala suerte y algo caradura pero muy adorable que haría acto de presencia ya en todas sus posteriores películas (aunque con variaciones); Janet Margolin, a la que veríamos en "Annie Hall", clava su papel de mujercita cariñosa y leal que nunca abandona al protagonista. Éstos son seguidos por una serie de personajes descacharrantes y memorables, destacando los padres de Virgil; hasta aparece fugazmente la segunda esposa de Allen por aquel entonces, Louise Lasser.
Editada a trompicones y de ritmo irregular, "Toma el Dinero y Corre" no es una obra maestra, pero sí una fascinante comedia satírica, avalada con momentos tan inolvidables como el atraco fallido por culpa de la caligrafía de Virgil, cuando se deshace la pastilla de jabón en forma de pistola por la lluvia o la huida en bicicleta de los presos encadenados mientras Virgil va andando.
Chris Jiménez
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