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Voto de Chris Jiménez:
7
Thriller. Intriga Ricky Santoro es un turbio agente de policía de Atlantic City que, en la noche en que se disputa el combate de boxeo por el campeonato del mundo de los pesos pesados, debe evitar el asesinato del Secretario de Defensa de los Estados Unidos. Tiene la misión de ayudar a su amigo Kevin Dunne, comandante de la Marina. Pronto descubrirá una conspiración en la que está implicada una extraña mujer de traje blanco. (FILMAFFINITY)
14 de septiembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una noche tormentosa, un combate de boxeo amañado, un policía corrupto, un asesinato político, cinco implicados y 14.000 testigos son los elementos de una de las más infravaloradas películas del siempre sorprendente Brian DePalma.

Tiene aciertos y tiene sus fallos, es verdad. No así, "Ojos de Serpiente" permanece como una gran muestra de la habilidad del cineasta para elaborar sus siempre interesantes relatos de suspense y misterio. Antes de que el estadio Atlantic City Arena se vea derruido por culpa de un millonario poseedor de un casino-hotel, se convertirá en protagonista de la noche al presentar un esperado combate de pesos pesados, en el que se debatirán el título el campeón Lincoln Tyler y José Ruiz, mientras que afuera una furiosa tormenta tropical amenaza con transformarse en huracán.
Al combate asisten famosos, políticos y otras importantes personalidades, entre ellas el fanfarrón y poco ortodoxo detective de la policía Ricky Santoro, que espera ganar una buena cantidad de dinero. Tras encontrarse con su amigo Kevin Dunne, un condecorado oficial de la Marina que trabaja en el Departamento de Defensa, Ricky es testigo de un acontecimiento inesperado: alguien ha disparado a quemarropa al secretario de defensa Charles Kirkland, de cuya seguridad se encargaba Kevin.

Lo que era un simple combate de boxeo se convierte en un caos; Ricky descubre que hay muchos implicados en lo que parece ser una auténtica conspiración, pero antes de detener a nadie necesita averiguar quién preparó el asesinato al tiempo que la tormenta se hace cada vez más peligrosa. La clave es una atractiva mujer que habló con Kirkland antes de ser ejecutado...
A finales de los '90, el "thriller" estaba supeditado a los clichés más vistos y oídos o degenerando en inverosímiles espectáculos de acción y efectos especiales que dejaban relegados la importancia de la trama y el carácter de los personajes, aunque también es verdad que dicha década nos regaló algunas de las mejores perlas del género (vale la pena destacar títulos como "Seven", "Instinto Básico", "Sospechosos Habituales", la inclasificable "Carretera Perdida" o el debut de Boyle, "Tumba Abierta", para corroborarlo).

Pues resulta que uno de los más influyentes cineastas del estilo, Brian DePalma, se encontró en esa misma década con una serie de fracasos, tanto a nivel de público como de crítica, que no hacían sino malograr su carrera. Tras la tremendamente lucrativa aventura de espías "Misión: Imposible" (tercer film más rentable de 1.996), el director decidió escribir un guión junto a David Koepp, con quien ya había colaborado, para regresar, de algún modo, a ese cine de puro suspense que tanto amaba y del cual era deudor, teniendo una vez más la mirada puesta en su mentor Hitchcock.
Haciendo uso de un impresionante despliegue visual y técnico, algo en lo que nunca ha fallado, DePalma nos engancha en un abrir y cerrar de ojos y durante casi trece minutos con uno de los planos-secuencia más elaborados de la Historia del cine (en entredicho pone el de "Uno de los Nuestros", que ya es decir), un brillante comienzo para un film cuya huella "hitchcockiana" recorre toda su trama, desarrollada de manera ingeniosa a través de "flashbacks" que no son más que los testimonios relatados en primera persona por los implicados en esa espectacular ejecución. Narración desordenada en base a distintos puntos de vista donde la curiosidad, el vicio, la traición y la codicia se presentan como elementos clave, al tiempo que DePalma hace crecer la tensión dentro de los diferentes escenarios interiores.

No faltan algunas de las constantes de su obra, como la estilizada violencia, ese humor negro tan retorcido y las mujeres fatales y una intriga de sabor añejo como homenaje al cine negro más clásico. Una historia perfecta que cambia radicalmente cuando el culpable se confiesa (a eso de los 70 minutos), derivando en un producto más convencional aunque sin perder el interés...y que acaba por estropearse con un final rápido y facilón, casi autoparódico, más propio de una película de Wesley Snipes que del fantástico "thriller" que antes degustábamos (uno de los mayores errores es abandonar el edificio), y que se asemeja bastante a aquel absurdo final con el que concluía "A la Hora Señalada", de John Badham.
Histriónico, divertido y más chulo que un ocho, Nicolas Cage vuelve a hacer de él mismo sin vergüenza ninguna encarnando al personaje clásico de DePalma (un individuo cualquiera que inesperadamente se sumerge en una turbia trama de asesinato) y debatiéndose entre la lealtad, el deber y el camino fácil de la corrupción, presagiando al que daría vida en el "remake" de "Teniente Corrupto"; por otro lado, Gary Sinise repite el papel que interpretaba en "Rescate", haciendo de tipo honrado que luego se destapa traicionero y repugnante. La poco creíble Carla Gugino cumple correctamente como la atractiva chica en apuros, acompañada de unos notables secundarios (despampanante Jayne Heitmeyer).

De no ser por su tonto final que hace añicos la credibilidad que se había ganado a pulso hasta ese momento, "Ojos de Serpiente" sería mencionada como una de las mejores obras de Brian DePalma. De todos modos yo la considero una magnífica y entretenida película de suspense, con brillantes aspectos como la puesta en escena y la fotografía de Stephen Burum.
Chris Jiménez
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