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Voto de Chris Jiménez:
9
Comedia Harry Block, un escritor de mediana edad y con un cierto éxito, se ha servido con frecuencia de sus experiencias sentimentales y familiares para escribir sus obras, razón por la cual la mayor parte de sus amigos, parientes y ex-mujeres lo odian. En tales circunstancias, le resulta muy difícil encontrar a alguien que quiera acompañarlo en un viaje a su vieja universidad para recibir un homenaje. (FILMAFFINITY)
24 de octubre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y es muy cierto. Sólo nosotros tenemos el privilegio de ver las cosas que nos rodean de la forma que elijamos, comprendiéndolas o no, y admitiendo si son reales o sólo producto de nuestra imaginación, o de la imaginación de la gente que nos rodea.

Al fin y al cabo cuando desmontamos nuestra vida los únicos que organizan los hechos somos nosotros mismos, y está en nosotros distinguir qué ha sido realidad y qué fantasía. Y hasta los escritores en crisis como Harry Block tienen problemas de tal índole. Sobre todo si por culpa de tu desorganizada vida has roto con tus matrimonios, con tus familiares, con tus amigos, etc., justo como le está ocurriendo a él. Por culpa de las malas decisiones que ha tomado ahora está solo, en compañía de pastillas, prostitutas y su soledad, y lo peor de todo, al menos para él, es que no se ve capaz de escribir algo con sustancia que le ayude a salir del bache.
Así se establecen las claves del paranoico mundo que esta vez nos presenta Woody Allen, metiéndose en la piel del autor Harry y haciendo que pasemos a la vez un rato muy divertido gracias a su tan típico humor irreverente y que de paso reflexionemos sobre esas opciones no tan acertadas que podríamos tomar en nuestra vida, las cuales pueden dar pie a que de vez en cuando prefiramos distorsionar la realidad en lugar de aceptarla.

Tras el no muy bien recibido musical "Todos dicen "I love You" " que se cascó el neoyorkino, y que confieso que jamás en mi vida veré (sobre todo porque desprecio en demasía a Julia Roberts), por fin decidió volver a hacer ese cine con el que uno tanto disfruta pese a repetir los mismos esquemas que aparecían en su "Annie Hall". Veinte años habían pasado de una película a otra, pero el sr. Allen demostraba que su estilo permanecía intacto, y lo demuestra con creces en esta "Desmontando a Harry".
Para mí es una de las mejores películas del director por lo rompedora que es, por lo bien que consigue aunar esas reflexiones sobre la vida tratadas de manera tan serias en su cine durante los '80, ese halo experimental y surrealista tan propio de su década setentera y ese estilo más directo y violento por el que se decantó en los '90 a partir de la amarga "Maridos y Mujeres". En realidad el film es un compendio de lo que ha sido Woody Allen hasta esa fecha, con sus cosas buenas y malas, y en él encontramos todos los ingredientes de su imaginario: neurosis, infidelidad, matrimonio fallido, autodestrucción vital, afición por lo oriental, obsesión por la muerte, Freud, baseball, fobias, sexo, psicólogos, "jazz", antisemitismo y parodia de lo autobiográfico, todo salpicado de un humor negro ácido y repleto de personajes pintorescos.

En la trama, con una premisa heredada a partes iguales de las "Fresas Salvajes" de Bergman, del "8 1/2" de Fellini y de un nada sutil autohomenaje a obras de su cosecha como "Hannah y sus Hermanas", "Stardust Memories" y las anteriormente mencionadas "Maridos y Mujeres" y "Annie Hall", Allen rompe nuevamente moldes, porque a pesar de que "Desmontando..." contiene una narración lineal centrada en ese homenaje que se le va a hacer al protagonista en la misma universidad que le expulsó, la misma está atravesada por los pensamientos del mismo, por muchos "flashbacks" los cuales son recuerdos de su vida que no deja de asimilar y además por sus propios relatos cortos que son un reflejo fantasioso de su realidad.
Las fronteras del surrealismo son traspasadas cuando los personajes de las obras de Harry, basados en sus ex-mujeres y parientes, invaden su realidad para sermonearle sobre todas las cosas buenas y malas que ha hecho y de cómo debería hacer las paces con sus demonios interiores para escapar de ese pozo de sufrimiento y autoculpabilidad en el que se ha ido metiendo. Todo expuesto en una historia que no deja de ir adelante y atrás y cortes rápidos para enfatizar aun más la inestabilidad del personaje principal.

El abanico de actores que podemos ver en el film es inmenso y todos logran memorables actuaciones, desde esa genial Kirstie Alley al incorregible de Billy Cristal, pasando por Judy Davis, Demi Moore, Stanley Tucci, Elisabeth Shue, Richard Benjamin, Julia Louis-Dreyfus, Caroline Aaron, Shifra Lerer y un jovencísimo Tobey Maguire. Un reparto de aúpa, desde luego.
Y de todos esos "relatos" que nos va contando Harry yo me quedo especialmente con dos: el de Max Pinchuck, desternillante a pesar de lo retorcido de su argumento y donde podemos ver lo buena que es Shifra Lerer para la comedia, y en el que el propio Harry aparece yendo al Infierno para rescatar a Fay. Aunque si hay una escena verdaderamente inolvidable es ese maravilloso final donde el protagonista ve a todos los personajes de sus obras como invitados a su homenaje imaginario...

Lo que viene a demostrar que a veces la ficción puede ser tan emotiva como nosotros la concibamos, en contraposición a lo amarga que puede ser la vida real, la cual sólo podemos aceptar tal como es.
Chris Jiménez
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