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Voto de Chris Jiménez:
10
7,5
36.943
Animación. Ciencia ficción. Acción Año 2029. En una enorme ciudad asiática, una mujer robot policía -cyborg- investiga las siniestras actividades de un misteriososo hacker, un supercriminal que está invadiendo las autopistas de la información. (FILMAFFINITY)
5 de diciembre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Tengo una cara y una voz para distinguirme de los demás, pero mis pensamientos y mis recuerdos no son míos. [...] Cada una de esas cosas son sólo una parte del todo, yo reúno información para usarla a mi manera; todo eso se funde en una mezcla que me forma a mí y da origen a mi consciencia...me siento confinada, porque sólo puedo expandirme con límites...".
¿Podría la idea de esta película expresarse de mejor manera?

El siempre avispado Mamoru Oshii, quien venía de realizar la secuela de "Patlabor", acertó de pleno cuando decidió encargarse de dirigir la adaptación animada del clásico del manga "The Ghost in the Shell" creado a finales de los '80 por Masamune Shiro. Una aventura "cyberpunk" que presentaba una sociedad no muy distinta de la que ideó Philip K. Dick en "¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?", donde seguíamos las labores de la Sección 9 y de la mayor de la unidad, Motoko Kusanagi, en la futurista ciudad de New Port City.
Acción y violencia se combinaban con un profundo sentido de reflexión que debatía la probabilidad de que en las máquinas existiera una conciencia originada a partir de datos cibernéticos, aplicando las teorías dualistas de la relación mente-cuerpo en seres no humanos y estableciendo semejanzas entre los datos almacenados de los cyborgs y el ADN de las personas, ambos capaces de dejar una huella existencial pura. El propio Shiro se vio muy influenciado con el tratado "The Ghost in the Machine" de Arthur Koestler (salta a la vista el parecido del título) para dar rienda suelta a un futurista y trepidante a la par que trascendental imaginario sin límites.

En el año 2.029 la 3.ª Guerra Mundial y otras batallas han modificado la geografía de los grandes estados del planeta: a principios de siglo China quedó destruida y convirtiéndose en principal enemiga de Japón, que vio su región de Kanto aniquilada por las bombas. Sin embargo la economía del país es la más poderosa y los desarrollos tecnológicos no han dejado de avanzar. La cibernética forma parte de la sociedad, una sociedad decadente, fría y hostil en la que la ciencia ha creado vastas redes de datos de infinitas capacidades y donde la posibilidad de que un ser sin vida, una máquina, obtenga un cerebro y con ello una consciencia propia.
Las sensaciones reservadas para los humanos pueden ser computerizadas dando lugar a la aparición de "espíritus" encerrados en cuerpos mecánicos. Es en este mundo informatizado donde la mayor Kusanagi, de la Sección 9 de Seguridad, libra una lucha personal por darle un significado a su existencia mientras da caza al pirata informático más hábil jamás conocido, a quien apodan "El Titiritero", capaz de jaquear cerebros humanos para manejarlos a su antojo. Sin duda Oshii era el perfecto para tomar las riendas del proyecto, no sólo por lo bien que el hombre se movía en los terrenos de la ciencia-ficción, sino porque sus ideales encajaban de algún modo con los del manga de Shirow.

En "El Huevo del Ángel" entraban en conflicto temas como la fe religiosa, la identidad del ser humano o el existencialismo, así que la visión que podía aportar, aun no habiendo escrito él mismo el guión, era decisiva; la película sabe cómo empezar para engancharnos a los que somos fans de la animación japonesa. Primero una sucesión de escenas de acción, violencia extrema y humor negro durante la primera media hora para luego ir sumergiéndonos poco a poco en una trama donde lo importante son las trascendentes elucubraciones de los personajes, que a veces rayan el estilo "bergmaniano" (¿alguien se percató del homenaje a "Persona"?), y un suspense que se va intensificando cada vez que la protagonista está más cerca de "El Titiritero".
Nos sometemos a reflexiones de gran importancia planteadas por la mayor, que pasa de ser un personaje de acción a un ser que se cuestiona si su propia existencia se basa en datos e informatización que no son reales. Atravesada por alusiones al dualismo cartesiano y profundizando en la fantasmagoría de la conciencia y los recovecos del alma, la historia nos atrapará en su intrincado laberinto narrativo al tiempo que nos deleitamos con el maravilloso y cuidado diseño de una animación rica en detalles, unas grandes escenas de acción y los tan carismáticos protagonistas, siendo Kusanagi uno de los personajes femeninos más fascinantes de la animación japonesa que se han concebido.

Uno de esos aspectos que a mí siempre me impresionarán será el gran trabajo de animación de los equipos Bandai Visual y Production I.G., combinando la clásica 2-D con CGI para crear una experiencia sin igual, haciendo de esa New Port City (una versión nipona de Los Ángeles de "Blade Runner"), con sus rascacielos ultramodernos y calles en ruinas bañadas en una melancólica y constante lluvia, un personaje más de la historia.
¿Qué más se puede decir que no se haya dicho ya? "Ghost in the Shell" no sólo fue la primera película de animación que pasó por mis ojos, sino también la primera de ciencia-ficción (ni que decir tiene que con diez años yo no me enteré de nada en absoluto). Es sin duda un placer para los sentidos sumergirse en esta épica aventura "cyberpunk" de mundos futuristas en busca del verdadero significado de la existencia e identidad junto a la mayor Kusanagi durante poco más de 80 minutos que se pasan en un suspiro.

Por supuesto ni se me ocurre pensar en ver la versión real que se estrenó este año con Scarlett Johansson...bastantes desastres han hecho los norteamericanos adaptando series y películas de animación japonesas.
La única que puede trascender en el tiempo, en la eternidad, es ésta, la obra maestra de la poesía "cyberpunk" de Mamoru Oshii.
Chris Jiménez
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