Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
3
Ciencia ficción. Acción Siglo XXI, en un futuro apocalíptico... América está sometida a una anarquía social donde el caos reina a sus anchas, y sobre la que se cierne el peligro de una devastadora plaga que puede acabar con la raza humana. Únicamente, la hermosa Pearl (Dayle Haddon), mitad humana mitad robot, posee el conocimiento necesario para desarrollar una vacuna que pueda salvar el mundo. Pero Pearl es capturada por un grupo de piratas del futuro que ... [+]
15 de mayo de 2017
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo perfectamente la carátula del VHS de la película que nos ocupa.
"Él es el héroe principal del siglo XXI...y nuestra única esperanza". ¿Hace falta decir más?

No son pocas las estrellas de acción que han aparcado sus músculos en la ciencia-ficción de corte futurista, la cual se encontraba en sus últimos estertores a finales de los '80; ya vimos a Schwarzenegger en "Perseguido", al bueno de Swayze en "El Guerrero del Amanecer" y más tarde incluso Stallone se aficionaría al subgénero, ¿por qué iba a ser el belga menos? La oportunidad le llegó en un momento en que gozaba de gran popularidad gracias a "Contacto Sangriento", aunque él tampoco lo buscó.
Y es que a su entender el proyecto en el cual quería enrolarle Albert Pyun, maestro del cine de bajo presupuesto que tocaría todos los géneros (nunca fuera de la serie "B" y "Z"), no parecía ser muy brillante. De hecho "Cyborg" fue una intentona desesperada por parte de los dueños de la mítica Cannon, que en aquel momento se hacía pedazos, para reconciliarse de una vez por todas (y por última vez...) con el público tras una serie de imperdonables fracasos; el sencillo guión sería escrito en unos días con una curiosidad anecdótica: buscar una extraña musicalidad entre sus líneas al bautizar a los personajes con nombres de instrumentos y aparatos relacionados con el tema.

Sí, aunque parezca mentira y ya sea para bien o para mal, este Pyun nunca dejará de sorprendernos. Por desgracia la propuesta de "Cyborg" no sorprende de igual forma; eran los tiempos del "cyberpunk", de la ficción post-apocalíptica más musculosa y molona, y la mezcla de estilos, elementos y universos en dicho subgénero ya había traspasado los límites de lo esperpéntico al final de década. Pero no importa. Volvemos a asistir a un mundo en ruinas, esta vez por un caos social imparable y el añadido de una amenaza vírica, amenaza que puede ser detenida gracias a un cyborg salido de no se sabe dónde que transporta en su base de datos la cura de la peste.
Pero no sólo de robots viven estas películas, así que en mitad de esta misión es vital que se inmiscuyan un malo (Fender) y un bueno (Gibson). En este caso un malvado 100% malvado, amante de la destrucción y la sangre, un gigante bobalicón de voz cavernosa, un asesino "pulp" de cómic o videojuego que no desentonaría entre los villanos de "Mortal Kombat" (en más de una ocasión recordará a Baraka); al otro lado un héroe que es más bien un antihéroe, con unas pintas a lo personaje de "Hokuto no Ken" dotado del arte de aparecer siempre en el lugar más indicado y en el momento más oportuno para salvar a los indefensos, además de un corazón puro, gran habilidad en la lucha y de un pasado doloroso y traumático.

Sí, un pasado que iremos averiguando convenientemente a través de "flashbacks" mientras se prolonga la lucha entre Gibson (que cómo no es apoyado por una muchacha de muy buen cuerpo y personalidad fuera de combate) y Fender y su pandilla y el intento de recuperar a ese cyborg que porta la cura del virus. Sin embargo llegado el ecuador del film a nadie le importa absolutamente nada todo el asunto de la peste, el robot, ni de dónde viene éste ni adónde va; lo importante es el duelo visceral entre el héroe y el villano, pues a Pyun se le ocurre una gran idea para terminar de redondear el argumento y darle aires de "western" clásico.
Ya que tenemos a estos dos personajes tan icónicos, ¿por qué no bendecirlos con una violenta experiencia compartida en el pasado?, así la ira, la sed de sangre y el dolor serán más poderosos cada vez que se crucen en pantalla. Y así es. Entre secuencias de acción rodadas en pintorescos paisajes solitarios donde abunda un tedioso gusto por el "slow motion" y captar al vuelo los puñetazos y patadas del protagonista en cada pelea, lo que esperamos no es la llegada del cyborg a Atlanta, sino un combate épico entre los dos protagonistas. Pyun y sus acólitos preparan el terreno y el ambiente para este combate decisivo y que sólo podríamos definir como tremendamente épico.

La lluvia, los relámpagos, el fuego, el barro, la destrucción reinante alrededor...¿es que se puede pedir algo más? Bueno, algo de trama tal vez, aunque el conocedor de este género sabe perfectamente que debe recurrir a otros aspectos de estas películas para quedarse hasta el final. Y es que como otras de su calaña, "Cyborg" es tan mediocre que sólo hay una manera de verla e incluso de disfrutarla: dejando muertas las neuronas. Van Damme hace lo posible por caer bien al público, pues su Gibson es bueno por naturaleza, nacido para sacrificarse como un auténtico mártir por los demás (¡hasta el punto de dejarse crucificar como nuestro Señor Jesucristo!).
Ni que decir tiene que sus fans estarán satisfechos viéndole repartir estopa entre los secuaces (un puñado de inútiles que chillan como animales, y más que el Zed de "Loca Academia de Policía") de Fender, villano que ni es carismático ni enigmático (como lo podía ser, por ejemplo, el "Humungus" de "Mad Max II") ni nada de nada "interpretado" por un más que odioso Vincent Klyn. Junto a estos, las nada sorprendentes Deborah Richter y Dayle Haddon. Quizá esos entrañables ambientes "trash" y esos efectos especiales tan de los '80, que aun cutres resultan deliciosos, es lo mejor que se puede destacar de este film.

Un film que, a sabiendas de su falta de originalidad, fue por increíble que parezca todo un éxito en su momento, primero en cines y luego en el videoclub. Uno de los últimos de Cannon.
Lo que aconteció es interesante: poco después llegarían las secuelas (la primera con Angelina Jolie, que catatónicos les puede dejar); Van Damme se pasaría de vez en cuando por los lares de la ciencia-ficción futurista, a la que se aficionó; y el simpático de Pyun seguiría la estela de "Cyborg" en "Knights" y "Apocalipsis Omega", en lo que él bautizaría como su Trilogía de los Cyborgs (¡que aún más catatónicos les puede dejar!).
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow