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Voto de Chris Jiménez:
6
Thriller. Acción Después de haber matado a uno de sus contrincantes en el ring, Matt (Tom Berenguer) se retira del boxeo y regenta con su socio Nicky un club de bailarinas de striptease en Nueva York. Cuando dos bailarinas aparecen brutalmente asesinadas, Matt sospecha de Carmine, rival y propietario de varios clubes, pero éste niega cualquier tipo de implicación en el crimen. Mientras tanto, el detective de policía Al Wheeler (Billy Dee Williams), que ... [+]
16 de mayo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los directores que con más tino, casi con pulso de cirujano, ha sabido introducirnos en los rincones urbanos y suburbiales es Abel Ferrara, investigador del submundo bajo la superficie que siempre aparece en las postales, sus visitas usuales se convierten en infernales viajes de brutalidad humana, nihilismo, traición, amor fatal y fuertes sensaciones.
Pocos, hay que tenerlo en cuenta, muy pocos, pudieron igualar su retrato callejero en el cine norteamericano; aquí tenemos uno de los más extraños, y a la vez podemos sentirlo como algo 100% genuino. Pero la magia del cine hace su trabajo.

"Fear City", cuyo planteamiento nace a mediados de los '70 entre los inseparables Ferrara y Nicholas St. John, se filma en realidad en Los Angeles, y es el primer encargo del realizador con un presupuesto holgado después del creciente éxito y el boca a boca que consiguió la infame "Ms. 45" (por la cual no siento ningún afecto). Pero al prevalecer la distribución de 20th Century Fox el guión debe modificarse, para terminar transformándose en algo casi completamente distinto; lo que era oscuro drama psicológico centrado en la figura del villano se convencionaliza acorde a las pautas de la explotación. Sin embargo la ciudad se mantiene.
Será presentada en un gran plano aéreo (clásico de muchas películas de Clint Eastwood) para descender directamente a sus tripas urbanas (las cuales ya nos mostró Scorsese en todo su sucio esplendor) y que nos impregnemos de sus inconfundibles aromas mientras de fondo canta el ex-New York Dolls David Johansen. Esto es puro espectáculo ochentero, en donde el glamour emerge del lado sórdido de la calle, una atmósfera basada en la concentración de humo, alcohol y basura mezclado con el sudor de las chicas que se contonean arriba y abajo en las barras ante intensas luces de neón.

Podríamos pensar que el carismático dúo de Tom Berenger y Jack Scalia operan al lado de la ley, pero no. Ferrara y St. John no necesitan héroes policías ya que esto no es un policíaco, si bien se siguen de cerca las claves del "noir" de toda la vida, haciendo que el protagonista (Matt) sea un boxeador caído en desgracia y ahora dedicado a la venta de carne femenina en pubs llenos de escoria humana. El policía es un inesperado Billy Williams en la vena de los iracundos agentes de Charles Bronson. La mafia también pulula por aquí, al fin y al cabo St. John es italoamericano y el toque nunca falta. Esto es un crisol de culturas y clanes, todos respirando el mismo aire viciado.
Y entonces en la confortabilidad de tal reino irrumpe un elemento raro, empañando la naturalidad de ese fresco de criaturas nocturnas deambulantes y alimentadas con la sordidez, los celos, el miedo y el sexo, que apesta a "Taxi Driver" por todas partes y recuerda a la impronta y aspereza del cine de Lustig y Larry Cohen, y que por sí sola habría sostenido el film. Es lo que imaginaron tiempo atrás el director y su guionista: un asesino en serie dispuesto a limpiar de las calles el hedor de las mujeres impúdicas; pero el análisis psicológico que construyeron, mucho más oscuro y profundo y centrando en él la atención, queda desdibujado y, en una fatal maniobra, ridiculizado en extremo.

Aunque "Fear City" funcionaría muy bien sin él, se convierte en ese detonante necesario para que cunda el pánico, la desconfianza entre clanes mafiosos y la violencia se intensifique, y para que los que se supone estaban al otro lado de la ley decidan aplicarla por la senda más dura, escorándose la trama hacia los duros "vigilante thrillers" tan habituales del momento, si bien el tema del psicópata misógino ya fue explotado de mejor forma. Los ejemplos más cercanos los tenemos en "El Destripador de New York" o la estrenada meses antes "En la Cuerda Floja".
Por un lado la primera tiene a un policía dando vueltas sin saber qué hacer, igual que el arrogante e inepto personaje de Williams, quien prefiere seguir amenazando a aquellos que realmente se esfuerzan por proteger a las chicas; la segunda tiene a un criminal desdibujado en su totalidad, funcionando como un doble de ese policía de oscura existencia que interpreta Eastwood, lo que habría sido más interesante. Ahora resulta ser un chiflado subnormal con cara de cemento que hace artes marciales (o lo que sea) y poses a lo Bruce Lee con una misión no muy concreta salvo la de asesinar.

Y pese a presentar a una chica con la que Matt tuvo una turbia relación (joven Melanie Griffith, exponiéndose como nunca en arriesgadas escenas, sobre todo ese striptease al comienzo imposible de olvidar) para a mitad de metraje quitarla de en medio de la manera más indigna, St. John acierta de pleno acentuando el heroísmo de esa atípica pareja protagonista, subvirtiendo así los cánones del género, y el acto de redención que decide llevar Matt (mención religiosa incluida, por supuesto), preparándose para cometer de nuevo un pecado con las únicas armas que posee (sus puños de boxeador) en favor de una buena causa.
Es curioso lo que éste y Ferrara llevan a cabo: una desmitificación, o un tratamiento algo más oscuro y retorcido del "thriller", a través de todos y cada uno de los clichés del "grindhouse/exploitation" de la época. Resultado tan interesante como irregular, tan visceral, visualmente atractivo y muy crudo como a veces absurdo e ininteligible, sin embargo, en comparación con sus dos trabajos anteriores, "Fear City" significa un salto cualitativo. Que acabase hecha pedazos en la sala de montaje y pasara a manos de una compañía independiente por la negativa de Fox de distribuirla es otro asunto...el sino del pobre director.
Chris Jiménez
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