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Voto de Chris Jiménez:
8
Thriller Varios clanes yakuza se enfrentan en una lucha implacable por alcanzar el poder y la protección del Padrino. Durante muchos años, Otomo ha visto cómo progresaban sus colegas: de los tatuajes elaborados y las falanges seccionadas han pasado a las altas finanzas. Dentro de un mundo donde reinan la corrupción, la traición y la venganza, sus esfuerzos por llegar a la cima, o al menos sobrevivir, no tienen fin porque en ese mundo no existen los héroes. (FILMAFFINITY) [+]
6 de noviembre de 2017
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El presidente del poderoso clan yakuza de los Sanno-kai controla la región de Kanto. Tras una importante reunión, su segundo, Kato, insta al jefe de la familia Ikemoto para que rompa los lazos con los Murase.
Una noche, un chaval con pocas luces miembro de esta última familia, ordena a otro tipo que ha estado en su bar que le pague los 600.000 yenes que debe en consumiciones...sin saber que pertenece a la familia Otomo, aliados de los Ikemoto.

Bueno, pues a partir de ahí se monta un lío de agárrate y no te menees, y todo indica que nada va a acabar bien. Tras mucho tiempo realizando proyectos personales y autobiográficos que comenzó con la surrealista "Takeshis'" y alcanzó su apoteosis en aquella inclasificable "¡Gloria al Cineasta!", el reputado Takeshi Kitano decidió regresar a sus raíces, decidió volver a hacer el cine al que su nombre siempre había estado ligado y con el que sus fans le reconocían realmente: el de yakuzas.
Pero aunque parezca un regreso tal afirmación no es del todo cierta. La yakuza, ciertamente, ya hizo acto de presencia en el debut del nipón, "Violent Cop", y desde entonces ha formado parte de su personal universo, pero en sus films se hacía hincapié en otros temas como la amistad, el amor, el tiempo perdido o la decadencia de la sociedad, y la violencia aparecía adornada de un halo de lirismo cuasiexperimental. En "Outrage" todo eso se esfuma.

No estamos ante un trabajo como "Sonatine" o "Flores de Fuego", ni siquiera como "Brother", aquí el sr. Takeshi hace un tributo al cine de yakuzas más clásico y directo, en especial al de Fukasaku, aparte de tomarse tiempo para algún que otro autohomenaje. Eso significa que nos va a meter de cabeza en el mundo de la mafia japonesa, sin edulcorantes.
Éste, como él mismo admitió, fue un proyecto que hizo con una única intención: entretener, y bien que cumple su cometido. Adiós a los simbolismos, a los paréntesis poéticos, a los cuadros de flores, estamos ante clanes de hombres despiadados más preocupados de su dinero que de cumplir lealtad a sus compañeros; si hay que matar se mata, si hay que romper huesos o cortar dedos así se hará, se derramará mucha sangre y jamás se rechistará a los que mandan, todo quedará en miradas de sumisión, en vacías reverencias y la excusa para justificar tales acciones será la de "es pura formalidad".

Así es la descorazonadora tradición de la yakuza, y nunca cambiará. Y precisamente eso es lo que contemplamos en "Outrage". Kitano nos sumerge en la historia del enfrentamiento que libran a sangre fría los Murase y los Ikemoto; los jefes ordenan y van desapareciendo personas, pero el responsable de toda esa red de mentiras y traiciones es el codicioso presidente Sekiuchi, que bajo sus viles palabras de engaño está haciendo que todos se maten para quedarse con los distintos territorios. El leal y veterano Otomo, al que da vida Kitano (que, como siempre, vuelve a hacer de él mismo), es poco menos que un pelele manipulado que, como tantos otros, hace el trabajo sucio sin poner pegas.
La trama no se centra exactamente en ningún personaje en concreto, aunque el que interpreta "Beat" Takeshi adquiera más protagonismo. Lo que hace es descubrir las rencillas internas de cada uno de los integrantes de los clanes, presentándolos como piezas de un único engranaje, que se mueve de forma constante, así vemos la venganza de Otomo contra Ikemoto, la traición de Kato hacia Sekiuchi o el chantaje que perpetran Mizuno e Ishihara con ese embajador negro, mientras que los policías corruptos dan vueltas por el escenario aprovechando la situación, todo esto filmado con nervio, entre momentos de calma y grandes estallidos de violencia y repleto de giros de guión salpicados de un ácido humor negro, marca de la casa del director.

Kitano demuestra que ha renovado su cine y prescinde de antiguos colaboradores. Ya no tenemos al maestro Hisaishi en la banda sonora; la densa música de Keiichi Suzuki encaja más con el crudo y escabroso tono del film. Por no tener no tenemos ni a Susumu Terajima, aunque podemos deleitarnos con las grandes actuaciones de grandes como Renji Ishibashi, Jun Kunimura, Kippei Shiina y Fumiyo Kohinata, e incluso aparece en un papel muy secundario Eihi Shiina, la mujer que nos heló los huesos en "Audition".
"Outrage" nos ofrece grandes momentos como la explosión en el restaurante, el tiroteo en la sauna, la escena en la cocina de la taberna, con esos palillos clavados en la oreja del cocinero (homenaje a "Flores de Fuego"), que es para partirse, o la del castigo de Otomo a Murase en el dentista...sólo una palabra puede acompañar a secuencias como estas: bestial. En fin, una película para los amantes de este cine, los que disfrutaron con las "Batallas sin Honor ni Humanidad" de Fukasaku, con el "Gonin" de Ishii o con el "Cementerio Yakuza" de Miike; los no aficionados no gozarán realmente la obra del director. Yo, por supuesto, lo hice, porque es que es una gozada ver a Takeshi Kitano, con su edad, reventando esternones a puñetazos sin despeinarse.

Este hombre es muy grande, y si no, atentos a esa escena en la que Kataoka le interroga en la comisaría, y veréis que el poli está enfocado sólo de frente pero Kitano aparece desde distintos ángulos.
Esto viene a indicarnos que su omnipresencia y omnipotencia es indiscutible, porque...¿quién va a tener cojones para discutírselo?
Chris Jiménez
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