Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
5
Animación. Ciencia ficción. Thriller Secuela de "Goku: Midnight Eye". (FILMAFFINITY)
23 de enero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viajamos a un Japón situado en un futuro cercano, de gran avance tecnológico y en cuyo submundo se ocultan los más aberrantes secretos y peligrosas amenazas.
Ahora seguiremos a Goku Furinji, el detective con un ojo cibernético, en una nueva y trepidante aventura cuyo villano monstruoso siembra la destrucción a su paso.

Yoshiaki Kawajiri ya había alcanzado un buen estatus dentro del universo de la animación en aquellos finales de los '80 gracias a "Wicked City", un trabajo excitante y visualmente satisfactorio, adaptación de las obras de Hideyuki Kikuchi, además de regalar a los fans un pequeño divertimento igual de oscuro y fascinante como "Demon City". Tras esto, finiquitaría la década sin desligarse todavía de las aventuras "cyberpunk" a las cuales ya se había habituado con un encargo de Toei Video y MadHouse: plasmar el célebre cómic "Goku" del artista Buichi Terasawa (también creador de "Cobra" y "Ninja Kabuto"), publicado poco antes.
Con guión del propio autor original, esta adaptación se realizó en dos OVA's lanzados directamente al mercado del vídeo, que cubren dos arcos concretos del cómic. En este segundo "episodio" que sería realizado tras comprobar la productora el éxito del primero, el protagonista ya ha sido presentado y nos hemos aclimatado a su entorno sucio, oscuro, extremadamente violento al tiempo que asfixiado por los avances tecnológicos; ahora sólo resta contemplar en qué nuevos casos se inmiscuirá. Comienza el director el OVA con uno de ellos: un hombre de negocios chino que se aprovecha de jóvenes que desean la fama para convertirlas en prostitutas.

Desde este mismo inicio se plantea la desemejanza con el primero; si antes la imaginería "cyberpunk" se equilibraba a la perfección con los tics más reconocibles de la literatura "hard-boiled" y el policíaco negro, ahora prima el gusto por una ciencia-ficción tan espectacular como incongruente y absurda, esto es: menos "noir" "seinen" y más fantasía "shonen". Goku no continúa con el caso de los suicidios de investigadores porque ya está resuelto ni se recuerda el personaje de Yoko, si bien vuelve físicamente en Ryoko, una misteriosa mujer que pide a aquél detener a su hermano Ryu, manipulado genéticamente por el despiadado Zenzo.
Experimentos científicos aberrantes, otras organizaciones secretas, otro maestro de ceremonias (antes Genji) y en mitad de todo esto un hombre a punto de autodestruirse para transformarse en una especie de soldado de poderes extraordinarios y finalmente en un monstruo carente de humanidad. Como se decía ya no hay destellos de clásicas tramas policíacas, ahora estamos inmersos en una aventura muy "futurista" cercana a los increíbles desvaríos de "El Puño de la Estrella del Norte", sin abandonar Kawajiri su gusto por la brutalidad, el impacto visual y la pura estética.

Y un personaje femenino que quizá recuerde a Yoko, pero que resulta más típico y menos carismático; la presencia de la mujer en esta secuela no logra las connotaciones misteriosas e interesantes de la anterior (donde teníamos a una asesina a sueldo que hipnotizaba a sus víctimas gracias a los ojos de unas plumas que llevaba tras su espalda), en este caso la utiliza para presentar algunas de las escenas de sexo más gratuitas e injustificadas que se hayan visto en un anime clásico (porque los animes actuales sobreviven gracias a las escenas de sexo injustificadas).
Para paliar la falta de sentido o de lógica que tiene esta historia, y que nunca atañe ni afecta a Goku (pues aquí no es sino un mero mediador que deja todo el protagonismo a Ryoko y Ryu), se nos brinda un clímax que roza niveles increíbles de absurdo, y que de algún modo desvirtúa a Goku (el momento en donde éste prepara un coche como si fuera el batmovil y va a atacar a Ryu es poco menos que una imbecilidad), mientras intenta ser todo lo espectacularmente visual que se puede, culminando en un colofón demasiado indigesto y demasiado enrevesado como para querer asimilarlo y tragarlo en unos pocos segundos.

Más salvaje, más fantasiosa, menos elegante, más grotesca, más bizarra, incluso con más concesiones al erotismo, y eso no quiere decir que sea mejor. Pero al fin y al cabo Kawajiri sólo fue el tipo al que le encargaron una historia que ya estaba escrita; no tiene ninguna culpa.
Haber adaptado el siguiente capítulo del manga (donde Goku es el guardaespaldas de una joven cantante de "rock") no habría resultado; menos mal que los de MadHouse se detuvieron a tiempo...
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow