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Voto de Chris Jiménez:
10
Drama Randle McMurphy (Jack Nicholson), un hombre condenado por asalto, y un espíritu libre que vive contracorriente, es recluido en un hospital psiquiátrico. La inflexible disciplina del centro acentúa su contagiosa tendencia al desorden, que acabará desencadenando una guerra entre los pacientes y el personal de la clínica con la fría y severa enfermera Ratched (Louise Fletcher) a la cabeza. La suerte de cada paciente del pabellón está en juego. (FILMAFFINITY) [+]
10 de mayo de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las 100 mejores novelas de todos los tiempos, así como uno de los más grandes dramas de la Historia del cine, es y seguirá siendo "Alguien Voló sobre el Nido del Cuco".
Análisis del comportamiento humano entre las paredes de un manicomio, esta historia trata de la humanidad, de la dignidad, de una felicidad y libertad capaz de alcanzarse pese a las dificultades y la manipulación de las emociones de la que muchos se sirven para ejercer su control.

Efectivamente, el control es lo único que ha tomado una posición de poder en el psiquiátrico al que ha sido enviado desde una penitenciaría Randle P. McMurphy, un individuo la mar de pintoresco y pendenciero acusado reiteradas veces por violación cuya libertad va a ver finalizada durante un tiempo para verse sometido a estudio, pues para todos es un loco, aunque él sólo lo esté fingiendo para no tener que dar clavo. Fuera brilla el Sol y las ardillas corretean sobre los árboles mientras la atmósfera del interior de la institución es asfixiante y el ambiente desolador, ya que nada escapa a la tiránica vigilancia de la enfermera jefe Ratched.
Ésta deja sometidos a los pacientes bajo el tono tajante y seco de su voz...con ellos quizá funcione, pero con el recién llegado va a ser tarea imposible, y desde el primer día comenzará una guerra declarada que tendrá trágicas consecuencias. Pero trágicas o no, McMurphy empleará todas sus fuerzas no sólo en intentar escapar, sino en devolver la dignidad y en demostrar el significado de ser feliz a los demás pacientes del lugar, entre los que se encuentran el nativo Bromden, que entablará una gran amistad con él, y Billy, un joven tartamudo con tendencias suicidas.

El contracultural Ken Kesey (pionero del movimiento "hippie", ahí es nada), se basó en sus propias experiencias con los internos del hospital de Menlo Park, donde servía de cobaya humana en el Proyecto MKULTRA, el cual estudiaba los efectos de multitud de estupefacientes en las personas, para su novela, escrita a finales de los '50 y puesta en venta a principios de los '60, década en la que la defensa de los derechos civiles y humanos se empezaba a poner a la orden del día (se nota que el libro pertenece a aquellos años de cambio y revolución).
No tardó en cosechar tanto éxito como controversia rápidamente, siendo prohibida y retirada en muchos institutos y universidades; bastó un año para que Kirk Douglas adquiriera los derechos y estrenara una obra de teatro interpretando al protagonista (Gene Wilder hacía de Billy), pero pasó mucho tiempo sin que nadie quisiera financiar un proyecto de largometraje, así que de esto se encargó el hijo de Kirk, Michael; éste, gracias al guionista Lawrence Hauben, descubrió al talentoso checoslovaco Milos Forman, que ya había debutado en Norteamérica con la aclamada "Juventud sin Esperanza" y que acabó ocupando el puesto de director.

Lo que distingue al cine de Forman es su enfoque sobre el aspecto humano, y ello remite a su talento y habilidad que posee para retratar el carácter de sus personajes y para lograr que nos sintamos identificados con ellos (un buen ejemplo son "Amadeus" o "Man on the Moon"); uno, ciertamente, les comprende, aunque se trate de enfermos mentales que prefieran ser observados desde el punto de vista objetivo del espectador, incluso a McMurphy, que es un pobre desgraciado acusado de violación. El director consigue que también nos veamos asfixiados y atrapados, al igual que los pacientes del psiquiátrico, casi sintiendo la imperturbable mirada de la enfermera Ratched en nuestra nuca.
Y es que los métodos que se usaban (bueno, y que se siguen usando) en las instituciones mentales encuentran aquí una crítica de lo más demoledora y violenta. Pero, aún con estos impedimentos, aunque adivinemos el aciago destino de los protagonistas, que no es otro que el de pudrirse entre esas cuatro paredes sin nadie que sienta piedad por ellos, "Alguien Voló sobre el Nido del Cuco" se convierte, gracias al alocado y vivaracho Randle McMurphy, perfecta personificación del libre albedrío, en una suerte de canto a la libertad, a la vida, promoviéndose la búsqueda de la felicidad, la defensa de la dignidad humana y la del individualismo por encima de la incomprensión y la mofa general y de la manipulación de aquellos que están por encima ejerciendo su control sin pizca de ética ni compasión.

En una de sus interpretaciones más legendarias, Jack Nicholson se pone al límite de su capacidad como actor y demuestra que puede hacernos tanto reír (con esos espontáneos estallidos de euforia que le salen) como llorar. Una gran Louise Flecther se transforma a las mil maravillas en la odiosa y repugnante Ratched, seguida de un buen puñado de conocidos actores también fantásticos, como Christopher Lloyd, Danny DeVito, Scatman Crothers (que se cruzaría con Nicholson cinco años después en "El Resplandor") y un jovencillo Brad Dourif. Al Dr. Spivey lo encarna Dean Brooks, el verdadero director del hospital donde rodó el director.
A la vez divertida y descorazonadora, optimista y trágica; la obra de Forman, adornada con la genial banda sonora de Jack Nitzsche y un final del todo inolvidable, descansa entre las mejores de la Historia del cine, lo que quedó demostrado por la gran acogida del público y la crítica, a la que siguieron cinco Oscar y seis Globos de Oro bien merecidos.
Chris Jiménez
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