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Voto de Chris Jiménez:
8
Drama Años 70. Relato biográfico sobre Frank Serpico, un policía íntegro de principios incorruptibles que, a diferencia de sus colegas, nunca se dejó sobornar, y precisamente por ello siempre tuvo problemas con sus compañeros de profesión y se vio expuesto a situaciones muy peligrosas. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2018
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Él no se dejó sobornar, ni se dejó amedrentar. Se encontraba en mitad de una espiral de corrupción y perdición pero decidió mantenerse honesto y digno...y eso no les hacía ninguna gracia a sus compañeros policías.
De la mano del maestro Lumet vamos a conocer su historia. La historia de Franceso Vincent Serpico.

Este descendiente de italianos nacido en Brooklyn pasó dos años en la guerra de Corea y a los 23 se introdujo en el cuerpo de policía de New York, pero sus métodos diferían horrores de los de sus compañeros. Residiendo en el pintoresco Greenwich Village se hizo a la contracultura, sin embargo cumplía como nadie sus obligaciones de agente de la ley (de lo más contradictorio, la verdad); no vestía de uniforme, para él lo más importante era mezclarse entre la gente, patrullar por las calles y conocer de primera mano el submundo que descansaba bajo los altos rascacielos de la ciudad, en el cual dominaba la decadencia, las drogas, los asesinatos, la corrupción...en fin, la basura.
Pero no sólo en las calles había basura, ni mucho menos. Dentro del departamento también existía otro tipo de decadencia: policías que se dejaban sobornar, que no arrestaban debidamente, que se hacían amigos de traficantes y criminales, que organizaban pequeños grupos clandestinos al margen de la ley...y Serpico, claramente, no encajaba en ellos. Él defendía la honradez y la justicia, y decidido a acabar con toda esta red de corrupción informó del caso fuera del cuerpo, interviniendo la Comisión Knapp y hasta llegando a oídos de la prensa. Desde ese día, Frank se convirtió en un hombre marcado.

"Serpico: El Policía que Desafió al Sistema" fue la biografía que el autor Peter Maas escribió sobre el héroe, cuando éste ya había recibido la condecoración más alta del departamento de New York, la Medalla de Honor (que le fue dada sin ceremonias ni nada de nada), y residía apaciblemente en tierras suizas. Fue entonces cuando el productor Martin Bregman habló a Maas de la posibilidad de llevar a la gran pantalla aquella biografía, y el proyecto acabó aprobándose, con la colaboración del mítico Dino de Laurentiis y siendo elegido John G. Avildsen (responsable de las míticas "Rocky" y "Karate Kid") para ocupar el puesto de director.
Sin embargo, a causa de las diferencias que hubo entre este último y Bregman, fue finalmente Sidney Lumet, que regresaba de Inglaterra de rodar el muy interesante drama "La Ofensa" junto a Sean Connery, quien se quedó tras las cámaras. Cuando Al Pacino, cuya fama y popularidad iba en aumento en aquellos años, fue elegido para encarnar al protagonista, sabía que la única forma de preparase debidamente era aprender del hombre en el cual basaba el guión, con lo que decidió invitar al Frank Serpico auténtico a su residencia de New York; que nadie diga que el actor no se esforzó para interpretar el papel.

Los guionistas Waldo Salt y Norman Wexler, si bien plantearon algunos pequeños cambios, mantuvieron los hechos tal y como ocurrieron. Aunque una cosa es cierta, en una película como "Serpico" la trama no tiene gran importancia, pues se va desarrollando gracias a los personajes, y en ese detalle Sidney Lumet es un experto; amante de sucesos reales que han significado importantes cambios en la sociedad y la cultura o que, sencillamente, han formado parte de la historia de ésta, el director vuelve a centrarse en el aspecto humano y realista de la historia, narrando en forma de crónica lo que les va pasando a los protagonistas, pues siempre ha tenido muy buena mano retratando el carácter de éstos.
El film se dispone como un "thriller" policíaco clásico pero sin los elementos del mismo, dejando la acción, la intriga y la violencia gratuita, máximas del género en la década de los '70 (y es algo que atestiguan "Harry, "el Sucio" ", "The French Connection" o "América Violenta"), más apartados en favor del drama y el suspense. Lo que realmente toma importancia es la visión del director con respecto al cinismo e hipocresía que reinan dentro de las fuerzas policiales y ese dilema al que debe enfrentarse el personaje de Serpico, un hombre asqueado por la corrupción, acorralado, viviendo en peligro constante y a merced de las burlas y amenazas de sus propios compañeros del departamento, pero sin mostrar signos de debilidad y defendiendo hasta el final sus principios y convicciones.

Al Pacino vuelve a brindarnos una versátil y magistral interpretación, una de las más memorables de su carrera, en la piel de Frank Serpico, lo que le valió un Globo de Oro. Todas las miradas y elogios recaen sobre este gigante, pero también hay que recordar a unos solventes Tony Roberts, John Randolph, Biff McGuire, Jack Kehoe, M. Emmet Walsh y esa sorprendente Barbara Eda-Young.
Emocionante, cruda y absorbente. Quizá no tan mítica como la siguiente colaboración que se daría entre Lumet y Pacino, "Tarde de Perros" (más que nada porque el anticlímax de ésta no puede compararse al gran final de aquella), pero fácilmente está llamada a ser uno de los más brillantes "thrillers" de los '70.
Chris Jiménez
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