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Voto de Chris Jiménez:
9
Drama La lluvia negra la constituyen las particulas radiactivas procedentes de la explosión de las bombas que Estados Unidos lanzó sobre Hiroshima y Nagasaki. Basada en una famosa novela de Masuji Ibuse sobre la devastación causada por la bomba atómica, "Lluvia negra" relata las consecuencias de la explosión atómica en Hiroshima. La película se centra en la historia de una joven, Yasuko, que se vio sorprendida por esta lluvia radioactiva que ... [+]
23 de enero de 2021
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...me cegó y ya no pude ver nada [...]. Mi casa fue devastada, mi esposa murió en el acto y la pierna de mi hijo quedó atrapada entre las vigas caídas...yo intenté apartarlas, pero no sirvió. Finalmente llegó el fuego; le dije "¡Lo siento, no puedo ayudarte, perdóname!", y huí de allí. "¡Papá, ayúdame, ayúdame!...¡ayúdame, papá!..." ".

Este es tan sólo el testimonio de una de las millones de víctimas que contemplaron una bomba cayendo del cielo hasta impactar en Hiroshima aquel lunes 6 de Agosto de 1.945, una bonita ciudad reducida a cenizas y pasando a ocupar las páginas de la Historia. Después de la polémica y realmente fallida "Zegen", Shohei Imamura se volvía a unir con Toei para, junto a Toshiro Ishido (guionista muy afiliado a Nagisa Oshima y Akio Jissoji), adaptar la famosa novela del prolífico autor Masuji Ibuse "Kuroi Ame", basada en historias reales de los supervivientes de la tragedia y publicada en 1.966, gracias a la cual fue galardonado con la orden al mérito cultural.
Este relato estará narrado en forma de diario por Shigematsu Shizuma, trabajador en una fábrica que convive junto a su senil madre, su esposa Shigeko y su joven sobrina Yasuko en un pequeño pueblo del distrito de Jinseki, al Este de Hiroshima. Cálidas imágenes de montañas y ríos y una familia que se reúne son interrumpidas por una luz que cubre el cielo y el consiguiente estallido que barre absolutamente todo a su paso; allí nos mete de cabeza el director, en la catástrofe, y sus crudas imágenes (magnificadas por la ferruginosa fotografía en blanco y negro de Takashi Kamawata) revuelven las tripas por la gran sensación de realidad que alcanzan.

Audaz, como de costumbre, Imamura siempre trató la 2.ª Guerra Mundial, tanto antes como después de la tragedia de Hiroshima y Nagasaki, en sus trabajos clásicos; sin embargo el film, y si bien su estilo y forma recuerda mucho a su etapa más temprana y modernista (la de los '60), nunca la podría haber dirigido en los años que trabajaba para Nikkatsu. Pero ya habían pasado cuatro décadas y se podía hablar con total libertad de los desastres producidos en territorio nipón por los norteamericanos y por la guerra; por tanto "Kuroi Ame" es no sólo el epítome de los dramas socio-históricos del director, sino el de aquellos cineastas que también se atrevieron a observar de cerca el desastre y sus directas consecuencias.
Es la historia real que Akira Kurosawa, Hiroshi Shimizu, Yasujiro Ozu, Mikio Naruse o Keisuke Kinoshita vivieron en primera persona pero nunca pudieron contar como deseaban por culpa de la censura americana de posguerra. Imamura, que de algún modo parece reinterpretar las importantes "Los Niños de Hiroshima" y "Hiroshima", de 1.953, no se queda permanentemente en el día de la catástrofe (practicando el movimiento inverso a como hacía el film de Hideo Sekigawa), que por supuesto siempre radiografía desde el punto de vista de las víctimas; en su lugar se concede una elipsis de unos años para tratar las vicisitudes cotidianas de todos los que, aún profundamente marcados, lograron sobrevivir, los llamados "hibakusha". Para ello vuelve al pueblo de Shigematsu y Yasuko y crea, como hizo en "Cerdos y Acorazados" y "Mi Segundo Hermano", una comunidad.

Una comunidad de individuos (la "comunidad de la bomba", como bien es definida) que sufren sus existencias al mismo nivel, una comunidad de miseria, pobreza y sin embargo fuerzas para seguir adelante. La historia se construye centrándose en la urgencia de un matrimonio para Yasuko, heredando así los patrones de los dramas "ozunianos", aunque ahora estando muy presente la feroz discriminación que los supervivientes sufren por sus propios compatriotas, al tiempo que se plantea una lucha constante entre la modernidad y la tradición (encarnada en los personajes de Yasuko y Fumiko) y el peligro de la superstición (el personaje de la "médium" es asquerosamente repulsivo).
Alrededor de esta trama principal donde también se hablará del progresivo resquebrajamiento familiar, Imamura observa, uno por uno, la recalcitrante amargura de los aldeanos; a ellos, todavía ignorantes de su desgracia (se preguntarán varias veces por qué la bomba tuvo que ser lanzada sobre Hiroshima), ha llegado la locura, la desafección, la enfermedad y una amenazante degeneración, tanto la física (que llega a Shokichi, Katayama o la misma Yasuko) como la mental (a Yuichi, Shigeko). Personajes inmersos en la ruina que han logrado adaptarse a ella, y el director se concentra en que el espectador sienta su dolor y su pesar.

(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)

Imamura, que en ese momento cuenta con tres décadas de carrera y más de veinte obras, realiza (se puede afirmar sin temor a equivocación) la mejor de ellas.
Uno de los más aplastantes títulos de la década de los '80.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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