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Voto de Chris Jiménez:
9
Comedia El Nota (Jeff Bridges), un vago que vive en Los Angeles, un día es confundido por un par de matones con el millonario Jeff Lebowski, con quien sólo comparte apellido. Después de que orinen en su alfombra, el Nota inicia la búsqueda de El Gran Lebowski. De su encuentro surgirá un trato: el Nota recibirá una recompensa si consigue encontrar a la mujer del magnate. (FILMAFFINITY)
4 de julio de 2018
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y es de quien vamos a hablar. Un tipo que vivía allá, en el Oeste. Un tipo llamado Jeff Lebowski que se hacía apodar "El Nota", y ciertamente había muchas cosas de él que no tenían mucho sentido para mí. Su historia comienza a principios de los '90.
Lo digo porque a veces hay un hombre...no diré un héroe, porque, ¿qué es un héroe? Pero a veces hay un hombre...que está en su sitio, y ese es "El Nota".

Éste reside en la peligrosa y agitada ciudad de Los Ángeles, y su día a día se basa en fumar algunos petas, escuchar buena música, beber rusos blancos y jugar a los bolos junto con sus dos amigos Donny, un muchacho bastante tímido, y Walter, un gigantón con muy malas pulgas y obsesionado con sus días en la guerra de Vietnam. Todas las emocionantes aventuras que va a vivir comenzarán cuando dos matones irrumpan en la tranquilidad de su hogar.
Al parecer, Bunny, la joven esposa de un poderoso hombre de negocios también llamado Jeff Lebowski, tiene una considerable deuda con un magnate de la industria pornográfica; pero resulta que esos dos cenutrios que han pegado al "Nota" y le han hecho un destrozo en su alfombra han confundido a un Lebowski con otro. "El Nota" intenta que su millonario tocayo le compense y de repente se entera de que Bunny ha sido secuestrada; de este modo, se verá metido hasta el cuello en un montón de problemas (uno de ellos será el progresivo "deterioro" de su coche) y se las verá con infinidad de pintorescos personajes cuando Lebowski y su ayudante Brandt le contraten para pagar a los raptores.

Si hay para todo el mundo un héroe que sea sinónimo de los Coen ese es sin duda "El Nota". Mucha gente sabe que en la filmografía de estos hermanos se hallan joyas del cine como "Muerte Entre las Flores" o la oscarizada "Fargo", algunos conocen el peculiar debut con el que los cineastas se iniciarían en la industria, y hay quienes aman sus obras de culto menos famosas, pero todos han visto, o por lo menos han oído hablar, de "El Gran Lebowski", para la inmensa mayoría su obra maestra.
Resulta que concibieron la idea mientras estaban haciendo "Barton Fink" (y además, para quien no lo sepa, Joel y Ethan Coen se inspiraron en dos individuos para el personaje de "El Nota", concretamente en el productor y activista Jeff Dowd y en un amigo que fue veterano de Vietnam). La idea era nutrirse de la cultura estadounidense de los '50, los '60 y los '70 (todos conocen la afición de los Coen por escarbar en la América profunda y parodiarla, de algún modo), situarla en un ambiente moderno y poner a los personajes, en realidad caricaturas de estereotipos de cada época, en mitad de todo el jaleo.

El film no sólo destaca por el discurso político de su guión, por su enrevesada e ingeniosa trama que hereda a partes iguales de las novelas negras de Raymond Chandler, de "El Gran Miércoles", de Alfred Hitchcock (más que clara la referencia a "Con la Muerte en los Talones") y del estilo de Robert Altman, o por esa visión esperpéntica, excesiva y caricaturesca de América, además destaca por ser tremendamente divertida, dejando muy atrás el humor oscuro y ácido que presentaba "Fargo" y ofreciendo un espectáculo frenético, ensoñador, absurdo, atropellado y de inspiraciones carnavalescas.
Los Coen se aproximan a un humor de corte "tarantiniano", a un imaginario surrealista no muy distinto del de Terry Gilliam, pero sin duda logran mantener su propio y particular estilo (tal como yo lo veo, "El Gran Lebowski" es una combinación entre el suspense de "Sangre, Fácil" y "Fargo", el absurdo de "Arizona Baby", el universo de "Barton Fink" y una narrativa y espíritu que bien pueden recordarnos a los de "El Gran Salto"). Es, en efecto, el compendio de todo lo que eran los Coen en ese momento antes de aventurarse en el nuevo siglo. Otra de las grandes bazas del film es la galería de descacharrantes personajes que van pasando por la pantalla, y que no tienen nada que ver con los de "Fargo", que eran del todo detestables; los que vemos aquí, aunque complicados e irritantes, acaban cayéndonos bien.

A la cabeza de los secundarios está el inimitable John Goodman dando vida a Walter (basado en John Millius), uno de los personajes más hilarantes que se hayan inventado los Coen, y quien en ocasiones le roba el protagonismo al "Nota". Steve Buscemi, aunque hable poco, ofrece una brillante actuación, al igual que Julianne Moore, Philip S. Hoffman, Peter Stormare, David Huddleston, Sam Elliott y ese Ben Gazzara que repite su papel de "De Profesión, Duro". John Tuturro está impagable como el loco de Jesús.
Pero todas las miradas recaen sobre "El Nota", al que da vida el siempre maravilloso y versátil Jeff Bridges. Paradigma del héroe "coeniano", "El Nota" es un espíritu libre, rebelde, con unas ideas muy particulares sobre el mundo que le rodea, sin embargo, su suerte en la vida no ha sido muy buena, sus irregulares experiencias han condicionado su pobre estado actual y, por una serie de casualidades, se va a embarcar en una hazaña de proporciones épicas, donde, seguramente, el destino de alguien esté en sus manos.

Excitante, divertido y alucinatorio viaje lleno de misterios, sorpresas y una genial banda sonora que viene a confirmar la maestría e inventiva de los Coen, esos genios que han establecido su propio estilo en el mundo del cine. Para rematar, el irreverente número musical con "Just Dropped In". Inolvidable, señoras y señores.
Por si fuera poco, la influencia de "El Nota" fue tan importante que una religión ha sido creada en base a él, el "dudeismo" (claro, es que "The Dude" es el nombre original del personaje), con lo que se puede decir que los Coen han trascendido más allá de la pantalla con su obra. Ante cosas así uno se queda sin palabras.
Chris Jiménez
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