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Voto de Chris Jiménez:
9
Serie de TV. Animación. Drama Serie de TV (2007). 12 episodios. En el principio de la era Edo, cuando las personas disfrutan de una época de paz, Tokugawa Tadanaga organiza un torneo de lucha. En ocasiones pasadas, se utilizaban espadas de madera, pero esta vez serán reales… Fujiki Gennosuke, quien posee sólo un brazo e Irako Seigen, quien es no vidente, se enfrentarán en esta contienda. Ambos discípulos del conocido espadachín japonés Iwamoto Kogan. Los dos están ... [+]
2 de marzo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El panorama de la animación japonesa entre 2.006 y 2.007 parecía estar sufriendo una verdadera sobresaturación, agolpándose series que pronto se convertirían en éxitos, como "Code Geass", "Tengen Toppa", la nueva versión de "Naruto" o la mítica "Death Note", además de destacar entre los jóvenes el drama telenovelesco de "School Days"...

No es de extrañar que algo como "Shigurui" quedara más bien relegado a una base selecta de fans, sobre todo adulta por su contenido de extrema violencia y crueldad; se alza, no así, como pequeña joya de la animación y de su género, el "ken-geki" (o "chambara"). Sin embargo Takayuki Yamaguchi, quien años antes ya se ganó una dudosa reputación por su controvertido trabajo "Apocalypse Zero", no maneja un material de su cosecha en esta ocasión, sino originario de una obra literaria del gran Hidemasa Koga (oculto tras el pseudónimo Norio Nanjo).
Publicada en formato antología y también en relatos cortos entre 1.956 y 1.962, "Suruga-jo Gozen Jiai" reflejaba a la perfección el estilo de crueldad feudal del autor, y su visión completamente desmitificada del samurái (muy en boga en aquella época desde la aparición de "Yojimbo" en cines); Yamaguchi hereda este espíritu agresivo y cruento y se dedicó a convertir en novela gráfica el primero de los tomos de la serie de Koga, resultando en uno de los mangas más brutales, desagradables y oscuros jamás creados. Lo malo es que MadHouse decidiera adaptarla a animación cuando aún se estaba serializando, así que el argumento no iba a ser trasladado por completo...

La tarea recae principalmente sobre Hiroshi Hamasaki, habiendo demostrado ya su valía colaborando en la "Paranoia Agent" de Satoshi Kon y logrando una mayor popularidad cuando adaptara "Steins Gate". Volviendo a "Shigurui", ésta empieza de un modo extraño, empieza por el final, y es que el desarrollo de la serie se caracterizará por sus idas y venidas en el tiempo que tendrán lugar en plena era Kanei, supuestamente marcada por una etapa de paz al mando del shogun Iemitsu Tokugawa, pero desvelando bajo sus entrañas un sistema político corrupto hasta la médula y la típica injusticia e hipocresía social.
Entramos a conocer a los protagonistas, Gennosuke y Segen, de una curiosa manera: a través de un duelo con espadas reales, quizás el último de la vida de ambos, cuyos cuerpos se muestran demacrados y lisiados. Jamás sabremos qué sucede pues regresamos a una época anterior; la historia gira alrededor de los numerosos sucesos que azotarán al dojo Kogan-ryu de Kakegawa, esbozado como uno de los más despiadados de la época. Es interesante los paralelismos establecidos entre la sociedad y el mencionado dojo para determinar el tono y las emociones expuestas en la serie.

Se produce la llegada al poder del hermano de Iemitsu, Tadanaga, un desquiciado e insensible joven fascinado por la violencia y cuya codicia es intolerable; pareciera que su locura mental, su ansia de destrucción, se contagiara a la nación que gobierna. Según Yamaguchi y Hamasaki, este Japón es una tierra dominada por la pasión por la crueldad y el desapego a la vida, donde el pueblo se muere de hambre, los samuráis, henchidos de soberbia, aplastan a los plebeyos, y las mujeres no son más que objetos de placer o de preservación del linaje familiar.
Y así sucede en el dojo, bajo la mano de Iwamoto Kogan (un demonio antropomórfico más que un ser humano endemoniado cuya consciencia se debate entre el mundo de los vivos y de los muertos, desprovisto de todo sentimiento y sin duda uno de los personajes más repulsivos y monstruosos que se han creado nunca en el mundo del manga/anime): entre sus paredes sólo se percibe el aroma de la incertidumbre, el odio, la desesperanza y la perversidad. Hamasaki se esfuerza en hacernos respirar esta atmósfera enrarecida, casi siempre empapada en sudor, sangre y lágrimas, y cuidadosamente definida por los colores que provee su diseño y su fotografía.

(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)

La experiencia emocional y psicológica, de poética triste y tortuosa, sadismo amargo y crudo, y donde se alcanzan instantes de puro terror, que promete "Shigurui", no está a la altura de cualquiera, sino de las mentes más fuertes y los estómagos más duros. Muy deudora de los estilos y mundos de Yoshiaki Kawajiri, Kazuo Koike y Toshio Maeda, ni el honor, ni el amor, ni el heroismo ni la piedad tienen aquí cabida.
Al final de este periplo feudal acabamos tan vejados, vapuleados y corrompidos como los mismos protagonistas...pero jamás tendremos la oportunidad de ver el duelo entre esos dos guerreros, los más despiadados y fuertes de su época. Y es que la serie queda a medio contar, sin resolver algunos puntos importantes, quizás con la promesa de una segunda temporada que nunca llegó...por desgracia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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