Por fin una película con la que podamos identificarnos con esa cosa que un buen día fue denominado séptimo arte, CAPTAIN FANTASTIC, una bonita y autentica maravilla audiovisual.
Bastante hartos de las pocas ideas en la meca del cine, con sagas, refritos, nuevas vueltas de tuerca a historias ya contadas, y un largo etc es muy gratificante encontrarte cada cierto tiempo con films que sin necesidad de estridencias ni efectos especiales, logran hacernos emocionar tanto y transmitir veracidad en todas y cada una de las interpretaciones del elenco.
La historia de este idealista padre que vive en la naturaleza junto a sus 6 retoños es una oda y un canto ideal a la vida sin tecnología, sin los adelantos modernos, huyendo del capitalismo atroz que nos ciega y devora a todos y una esperanza aunque sea ficticia de que también hay gente que huye de todos esas reglas o normas.
VIGGO MORTENSEN, esta estupendísimo pero todos los niños lo hacen a las mil maravillas, y era difícil no caer en un típico rol de niño repelente, que se cargue parte de la trama, pero no es así y logran una química innegable.
La música y sobre todo los paisajes, y la ambientación, con una preciosa fotografía que retrata esos bonitos bosques donde se produce la película, hacen el resto para que salgamos con una gran sonrisa de la proyección a la par que bailamos figuradamente, alrededor de una hoguera, el inmortal SWEET CHILD OF MINE.