Pese a las opiniones bastante negativas que he escuchado al respecto de la película, no las comparto. El filme carece en numerosas partes de rigor científico (de hecho nada más empezar con las explicaciones sobre el potencial cerebral empleado, casi me entran ganas de largarme), sin embargo, la exploración de la potencialidad de la experiencia (psíquica, sensorial e interactiva) nos lleva a la reflexión de la esencia misma de la materia y la energía, desde un punto de vista más bien propio de la física cuántica o incluso la metafísica. Son todo conjeturas en la película, pero se trata de una experiencia arriesgada, y diferente de la mayoría de bodrios que últimamente nos ponen delante, cuya única propuesta es rememorar antiguos éxitos, estirar sagas y fardar de efectos especiales. La pena es que en esto último, la presente también peca, y hubiese sido quizás mejor, profundizar las cuestiones filosóficas que introducir escenas de acción tan trilladas como innecesarias. Me temo que para eso, sin embargo, hubiese sido necesario documentarse, y viendo las maravillosas explicaciones de la película en términos científicos, el esfuerzo literario brilla por su ausencia.