Trabajo espectacular de Eddie Redmayne, merecido premio por la dificultad del papel. No llega a ser del todo emotiva, porque refleja el lado egoísta de la personalidad de Stephen Hawking y su gran ego por ser un científico famoso, lo que le hace mostrar una escasa empatía hacia su primera mujer que estaba al cuidado completo de él y de sus hijos. Además, al contradecirse en sus teorías científicas, no queda claro el gran aporte que hizo Hawking a la ciencia, que le granjeó reconocimiento internacional. No obstante, es una película que consigue narrar los caracteres básicos de la vida del protagonista con un gusto que es de merecido reconocimiento. Me quedo con una frase: ''Si hay vida, hay esperanza''. Y añado otra, que es mi conclusión personal de la película: ''Los únicos límites son los que tú mismo te pones''.