desde luego es una serie que muchos odiarán y a otros les encantará. Es por eso que te recomiendo que la veas si te gusta salir de una película y reflexionar sobre su contenido, sobre ciertas, escenas, sobre cuál es el objetivo.

Si eres un espectador que busca el entretenimiento un poco más superficial, ni lo intentes, te sentirás decepcionado, los capítulos te parecerán lentos, muchos aspectos te parecerán ridículos, la historia te parecerá nada creíble y absurda. No sigas leyendo esta crítica y no veas la serie, sentirás que has perdido el tiempo.

Si eres de los otros, de los que gustan de la reflexión, disfrutala y verás que sí he usado el verbo parecer tanto en el párrafo anterior es porque si sabemos ver un poco más allá, las cosas no son lo que parecen con esta serie. Aquello que parecía ridículo puede que sea un símbolo, una imagen, una metáfora. No pretende ser real, o sí... Una de las críticas que he leído resalta un hecho, las series de Netflix de ficción Sense 8, Stranger things, OA, comparten mucho. No son ciencia ficción, son ficción. No pretenden ser realistas, son cuentos, irreales, casi ridículos, pero son cuentos bonitos en los que no duele al espectador lo irreal del mundo que describen, porque el escenario es lo de menos. Es solo una excusa para una reflexión.

OA nos cuenta una historia que, en mi opinión, tiene mucho contenido religioso, y a la vez en ningún momento se habla de religión. Pero quizás si, de los valores que impregnan muchas religiones, los de verdad, no los de matar al hereje, no los de pagar por tus pecados, no los de convencer al prójimo de que está en un error. Y si de los valores de tratar de comprender, los de perdonar, de luchar contra la violencia con un abrazo, de no abandonar a quien lo necesita, de entender que es lo importante de verdad.

Un precioso cuento, tú decides con que parte quedarte, tu decides donde termina la realidad y dónde empieza la ficción. Tú decides con que historia quedarte.