Muchas películas tratan sobre la actitud ante la muerte de un ser querido, algunas se centran en la pérdida del hijo, todas tratan de explicar las sensaciones, el dolor y, sobre todo, el necesario período de duelo para poder comprender y aceptar aquello que parece de todo punto inaceptable e incomprensible. Esta es una muy buena muestra de todo esto, sin entrar en lo sencillo, en la lágrima fácil, Moretti dirige e interpreta una pequeña y a la vez grandiosa lección de cómo se puede sobrellevar tan tremenda tragedia. Muy bien interpretado por todos los protagonistas, destacando una contenida Morante, la película recibió en su día muchos y variados reconocimientos, todos justos. En el debe, por decir algo, la música que acompaña las imágenes no acaba de resultar la idónea, distrae a veces y en otra resulta poco apropiada a los momentos que se nos narra. Una película difícil y muy bien resuelta, en cualquier caso.