Como casi siempre, por no decir siempre, la película está muy por debajo de la obra literaria en la que se basa. El problema es el desarrollo de los personajes, además de otorgar el papel protagonista a Belén Rueda, muy inadecuada para ese rol. Javier Rey y Aura Garrido simplemente cumplen.

Lo mejor, el paseo visual por una bella Vitoria, escenario de los crímenes. Lo peor, además de lo mencionado, es el desperdicio de los actores que encarnan en la historia a los personajes más siniestros: Manolo Solo y Àlex Brendemühl, desaprovechados.

La historia, si has leído el libro, se torna confusa y si no lo has hecho, casi que es ininteligible, con partes muy mal explicadas y giros bruscos que solo obedecen a una precipitación por llegar al final de la historia cuanto antes.

Un thriller fallido, al que Calparsoro dota de mucha fuerza visual pero sin historia argumental.