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España España · Las Palmas de Gran Canaria
Voto de Arsenevich:
9
Bélico. Drama Película de encargo para celebrar el 40 aniversario de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial. Relata, a través de los ojos de un niño progresivamente endurecido por el sufrimiento, la matanza sistemática de los habitantes de las aldeas bielorrusas, más de 600, durante la guerra. (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La premisa narrativa se vuelve una mera excusa en esta gran película de Elem Klimov, ya que lo que el director busca es establecer una especie de «vía crucis» o recorrido vital por algunos de los escenarios del frente bielorruso y reflejarlos, eso sí, mediante la mirada expresiva y viva de Florya, el joven protagonista que abandona su dacha familiar para unirse a un grupo de partisanos. Alejada de cualquier tipo de discurso heroico, la cinta se desarrolla a lo largo de una serie de escenarios escogidos de horror o tablados de masacre en los que queda patente, una vez más, el horror más absoluto de la guerra.

Aunque sabemos que el film fue un encargo de las autoridades soviéticas para conmemorar el cuarenta aniversario de la victoria sobre el ejército nazi, Klimov se mueve cierta con cautela y evita caer en el cine panfletario, como le sucediera a su compatriota Eisenstein muchos años antes. La balanza argumental que incline a los nazis del lado de la monstruosidad resulta inevitable, desde luego, pero no alcanzo a observar un fanatismo excesivo en la exposición de la idea, ya que esta no lo necesita: la guerra en sí misma, no importa por qué o contra quién, es el verdadero monstruo, la auténtica bestia, el genuino motor de la destrucción que termina confeccionando todos los escenarios dantescos y los retazos de pesadilla infiltrados en la realidad que el protagonista encuentra tras cada recodo. Klimov efectúa un viaje al corazón del horror a través del periplo de Florya, pero el espectador interioriza tanto este recorrido que apenas se sorprenderá cuando, al final, descubra en las pupilas del muchacho la mirada de un anciano derrotado.

Final impactante, con el «Réquiem» de Mozart cubriendo la internada en el bosque y poniendo fin a casi dos horas y media de auténtico terror, de una estética sucia y encharcada, de secuencias de desolación total como lo son el regreso de Florya a su terruño y lo que allí observa, el tiroteo tras el parapeto vacuno o la escena del granero, impactante y estremecedora.

Si después de ver esa maravilla llamada «Apocalypse Now» no has tenido suficiente, simplemente ven y mira.
Arsenevich
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