Desde mi humilde óptica, un caso claro de película incomprendida e injustamente relegada. Por supuesto que no es «Match Point», pero bien pudiera representar un pequeño aunque consistente apéndice de aquella, con un Woody Allen que una vez más se hace preguntas sobre nuestro sentido de la moral y, en definitiva, sobre el lado más oscuro de la condición humana.

Es cierto que los dos actores principales no ofrecen demasiadas garantías, pero el desarrollo de la historia me ha parecido magnífico, sobre todo porque la tensión dramática se sostiene durante toda la proyección. Incluso estoy convencido de que genera cierta sensación de incomodidad en el espectador; la impresión de una tragedia latente, pulsátil, a punto de atacarnos tras cada fotograma. Creo que el director logra despertar esta emoción tan intensa gracias a la perfecta utilización que hace de las piezas musicales, como siempre perfectamente seleccionadas.

Aunque es verdad que no es la primera vez que Woody Allen toca el tema de la moral y el crimen (ya lo había hecho, y con notable resultado, tanto en «Delitos y faltas» como en «Match Point», y lo volvería a hacer más tarde con la menos agraciada «Irrational Man»), «El sueño de Casandra» se erige como una originalísima reflexión acerca del asesinato y la lealtad familiar, al tiempo que deviene en fábula moral sobre la ambición desmedida y los vicios, retratándolos en las muy dispares personalidades de los hermanos Blaine: Ian (McGregor), frío, impasible y expeditivo, y Terry (Farrell), un torturado ludópata e imprudente. En cualquier caso, Allen equilibra la balanza con la introducción del tío Howard (Wilkinson), sin dura uno de los personajes más interesantes del drama. En líneas generales creo que la postura del director se vuelve aguda y reflexiva respecto al tema, en el que, como de costumbre en el discurso de su cine, evita tomar posturas, evidenciando una vez ese perfil de «artista por encima de las normas morales» del que siempre, de forma discreta y silenciosa, ha hecho gala (pese a las infaustas noticias que le involucran últimamente).

«El sueño de Casandra» es un film excepcionalmente trágico e injustamente olvidado por público y crítica, y mediante el cual su director, un corrosivo y devastador Woody Allen, erige una afilada herramienta para hurgar en el siempre inestable caparazón del sentido de la moral humana.