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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama Blanche, que pertenece a una rancia pero arruinada familia sureña, es una mujer madura y decadente que vive anclada en el pasado. Ciertas circunstancias la obligan a ir a vivir a Nueva Orleáns con su hermana Stella y su cuñado Stanley (Marlon Brando), un hombre rudo y violento. A pesar de su actitud remilgada y arrogante, Blanche oculta un escabroso pasado que la ha conducido al desequilibrio mental. Su inestable conducta provoca ... [+]
18 de octubre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Blanche Du Bois (traducible como Blanca del Bosque y aplicable como metáfora) se apea en la estación del tren de Nueva Orleáns donde espera visitar a su hermana Stella, a un marino que se ofrece a ayudarla le repite estas curiosas pistas que le dieron, las cuales parecieran una premonición de lo que le espera: “Me han dicho que coja un tranvía llamado Deseo, que luego transborde a otro que llaman Cementerio, y luego me apee en lo que llaman Los Campos Elíseos”.

No siempre somos nosotros los que pensamos, a veces es casi seguro que otra entidad (mente, fuerza, espíritu o lo que sea) piensa dentro de nosotros. Es por eso que, en ciertas ocasiones, sacudimos la cabeza rechazando un pensamiento que nos resulta ajeno y decimos con extrañeza ¿Por qué estoy pensando eso?

Blanche trae guardado en su fuero interior el recuerdo de un doloroso pasado: la muerte intempestiva de su esposo, una fuerte acusación, una expulsión laboral, una etapa promiscua… y ahora guarda la esperanza de que, al lado de su hermana, encontrará un poco de afecto y quizás ella misma hasta pueda darlo.

Pero Stella está casada con Stanley Kowalski, un hombre temperamental, destructivo e intolerante, quien no está dispuesto a guardarle ni una a su cuñada, cualquiera que sea el “césped prohibido” que ella pise. Mitch, compañero de labores de Kowalski, se muestra interesado por la cuñada de su amigo y entre ellos nace una relación que pareciera haber abierto para la sufrida Blanche un sendero de esperanza… pero por quien sabe que duras razones, el destino pareciera cerrado para aquella mujer que nunca sale antes de las seis de la tarde y que procura permanecer siempre en estancias oscuras, para aparentar algo de juventud y ocultarse sin duda de lo que siente son sus pecados. Pues cuando la sociedad prejuzga y condena sin reparo ni compasión, es muy común que la reiteración de esta actitud, termine convenciendo al condenado de que sus errores son "pecados irredimibles".

El dramaturgo Tennessee Williams, consigue con “UN TRANVÍA LLAMADO DESEO” una de sus más sólidas historias, sirviéndose, por momentos, de hechos vividos con dolor en el alma y rabia en el corazón. Y de nuevo carga contra esa sociedad por la que llegó a sentir un profundo desprecio, por tener a la mujer como la víctima más habitual de su ignorancia y sus desmanes.

El director Elia Kazan, logra por su parte una excelente puesta en escena, con precisos efectos de iluminación y de encuadre, y sobre todo, con una eficacísima dirección de actores que logra que sus cuatro protagonistas brillen como estrellas de primera línea. El premio Oscar para Vivien Leigh, Kim Hunter y Karl Malden (además del cuarto para el director artístico), fueron sencillamente una justa recompensa. A Brando le tocaría esperar tres años más para recibir su reconocimiento por otro filme de Kazan.

“UN TRANVÍA LLAMADO DESEO” es la clase de filme que me deja con el alma desgarrada, pero es sin duda altamente necesario para profundizar en las vergüenzas humanas. Quedé a punto de darle la razón a Blanche cuando decía: “Una línea puede ser recta o una calle… ¿Pero el corazón de un ser humano?” Por suerte, es posible comprender que, la capacidad de resarcir las faltas, corrige los desvíos que siempre se producen en nuestro tránsito por la vida.
Luis Guillermo Cardona
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