Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Drama Rosaria y sus cuatro hijos (Simone, Rocco, Ciro y Luca) abandonan su tierra natal, Lucania (la actual Basilicata), para emigrar a Milán en busca de trabajo y oportunidades que les permitan mejorar sus condiciones de vida. Allí encuentran a Vincenzo, el hermano mayor, que trabaja de albañil pero que está relacionado con el mundo del boxeo. (FILMAFFINITY)
10 de octubre de 2010
16 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es evidente que Luchino Visconti se proponía recrear a la Italia de finales de los años 50 del siglo XX, y para hacerlo, asumió a una familia con rasgos comunes, pero con una experiencia tan particular, que podría ejemplarizar algunas cosas. Eran tiempos de postguerra, la pobreza campeaba por todos los lugares y las migraciones eran incontadas en busca de otros sueños y de nuevas oportunidades. Las familias eran numerosas, en muchas de ellas el padre había muerto y la madre se veía abocada a levantar a sus críos con incontables sacrificios.

La familia Parondi (la madre y cuatro de sus hijos) llega en uno de aquellos trenes que descargan en Milán a decenas de emigrantes. Allí se encuentran con el hijo mayor, Vincenzo, y así comienza una nueva experiencia que cambiará sus vidas para siempre. La madre, Rosaria, es la típica mujer que defiende a sus hijos sin mucha racioanalidad y con aires explosivos, siente preferencia por el menos atinado de ellos, y cree que deben luchar y conseguir dinero sin que tenga con esto demasiados prejuicios. Los muchachos son muy disímiles de carácter, y no obstante que Visconti narra la historia con capítulos que llevan el nombre de cada uno de ellos, ésta se centra fundamentalmente en el choque de emociones y caracteres que se da entre Simone y Rocco, quedando los demás en un segundo o tercer plano de poca significación.

La película tiene algunos toques brillantes en su composición escénica y Visconti se las ingenia para decir ciertas cosas que están más allá de los diálogos o de las acciones explícitas, y al tiempo, deja bien sentada la aparente solidez interna de aquella familia, la cual gradualmente se desmorona por la misma debilidad en que se asienta. Por ejemplo, la moral de Rocco más que cristiana es absurda y esto lo ilustra el hecho de permitir, con escasa resistencia, que su hermano haga con Nadia lo que hace o al pretender cubrir todas sus faltas bajo su propio riesgo con ese fervor de hermano que no mide las consecuencias de apadrinar una vida delictiva que, al no conocer castigo, se siente validada para seguir adelante. No estoy seguro de que sea una cosa pretendida, pero el filme termina recreando aquella clase de ayudas que, en vez de contruir destruyen, porque develan una generosidad ampulosa, pero carente de racionalidad y perspectiva.

De otro lado, con el personaje de Nadia, pareciera que va a dársele la posibilidad de mostrar una gran solidez moral cuando asume aquel acto de honradez que la valida ante Rocco, pero luego, este gesto se diluye cuando el personaje se extravía en sus decisiones y asume unos caminos completamente insensatos. Aún Visconti no logra ver a una mujer aterrizada en su camino.

Daría este filme para un extensivo análisis sobre sus proposiciones morales, sociales y políticas, pero queda decir que ha sido sobrevalorado y que no da cuenta de una experiencia familiar edificante porque juega con una moral ambivalente y muy, pero muy confundida.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow