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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Romance. Comedia Bunny Watson, una mujer de prodigiosa memoria, tiene a su cargo los archivos de una importante cadena televisiva. Pero, cuando llega a la empresa el ingeniero Richard Summer, que acaba de inventar un revolucionario cerebro electrónico, la incertidumbre se apodera no sólo de Watson, sino también de todos los empleados, que temen perder sus puestos de trabajo. (FILMAFFINITY)
21 de marzo de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que muchos llegamos a temer esto en alguna ocasión: ¡Han llegado las máquinas automáticas capaces de suplir el trabajo de muchas personas a la vez! Y, de hecho, llegó a darse: en muchas empresas adquirieron equipos tan sofisticados, que hubo barrida de obreros y empleados porque ya los aparatos hacían lo de ellos. Igual ocurrió con la llegada del ordenador: acabó u obligó a la reacomodación de las empresas de máquinas de escribir, redujo en un alto porcentaje la actividad de los impresos, y entre otras cosas, motivó el cierre de centenares de salas de cine y llevó a la quiebra a numerosas casas disqueras.

Basada en la obra teatral de William Marchant, Walter Lang ha dirigido una deliciosa comedia que hace justo reconocimiento a la memoria y a la destreza intelectual de que pueden hacer acopio tantísimas féminas de nuestro alocado, pero encantador planeta, y de paso, deja bien sentado que, en las empresas, son tan importantes las máquinas como las personas, pues, si aquellas dinamizan el trabajo, las personas hacen que ellas funcionen y van más allá de lo puramente operativo para agregar calor humano, sensibilidad y creatividad.

La historia sigue una línea argumental ya recorrida en “La Impetuosa”: Él me quiere-yo lo quiero-pero cuando Tracy entra en mi vida, me hace sentir el amor como debe ser. No obstante, las situaciones son propias y de la trama hace parte un encantador grupo de chicas que entran a demostrar que, sin ellas, el encanto de este mundo se vería bastante en aprietos.

Hay un detalle que vengo notando desde hace rato y quiero mencionarlo: se trata de la madura resistencia que, Katharine Hepburn, ejerce en sus películas sobre el vicio del cigarrillo. Hasta “La Reina de África”, no recuerdo que haya siquiera mencionado tabaco alguno. En “La Impetuosa” intenta tomar uno, pero Tracy se lo impide por ser ella deportista. Sólo, en el insulso filme “Faldas de Acero”, queriendo emular el consumismo capitalista, le da una fumada a uno, pero al instante lo suelta con desgano. Y, en “SU OTRA ESPOSA”, Kate amaga con tomar un cigarrillo, pero se distrae enseguida y cambia de actividad. Esta es su manera sutil de luchar contra una forma, expresamente publicitaria, de imponernos la inhalación de venenos cancerosos.

Talvez, lo mejor de “SU OTRA ESPOSA” sea el conjunto actoral. Tracy y Hepburn hacen otra vez un encantador dúo de intelectuales que rivalizan, defiende cada uno lo suyo… y luego tienen la sensatez de encontrar el punto de equilibrio que existe entre lo que ambos piensan y lo que el mundo espera. Y junto a ellos, Gig Young da la medida como el enamorado que no logra encajar del todo con la agudeza de su, inicialmente, fácil pretendida; y Joan Blondell afina la presencia femenina en aquella radiodifusora que busca ansiosamente modernizar su banco de datos.

Primer Cinemascope de la gran pareja de América y otro de esos aciertos que les merecen grandes aplausos.

Título para Latinoamérica: “COSAS DE MUJERES”
Luis Guillermo Cardona
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