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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama. Bélico Al acabar la Primera Guerra Mundial (1914-1918), cuando la aviación militar acababa de nacer y los aviones sólo servían para misiones de reconocimiento, el General Billy Mitchell vislumbra su potencial destructivo y concibe la idea de transformarlos en bombarderos y cazas de combate. Pero sus superiores se muestran muy escépticos al respecto. Cuando Mitchell emprende una campaña en favor de la creación de un Ejército del Aire, es ... [+]
8 de febrero de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Si ser un buen soldado es No ser capaz de pensar por uno mismo y decir lo que uno piensa; ser aguantador, ciego e insensible a un deber más alto… ¡pueden quedarse con mi uniforme y con lo que él representa! Si tratar de hacer algo por tu país procurando que se corrija una injusticia es ser un mal soldado, entonces me alegro de ser un mal soldado. Más allá de la justicia ciega, pesa la fe de un hombre y su conocimiento de lo que es correcto. Si ser un buen soldado es someterse silenciosamente, pasivamente ante la injusticia… ¡estoy contento de ser un mal soldado!”

Inmortal discurso que, salido de la boca de exgeneral, William Mitchell, tiene un valor enorme en tanto que hace claridad sobre el deber ser de cualquier soldado del mundo, porque, en cualquier caso, el deber sagrado de Todo hombre es servir a la Verdad y a la justicia, y esto está por encima de la patria y de las instituciones de cualquier índole.

Ya con esto, queda más que validada esta controvertida película del director, Otto Preminger, en la que se exalta la labor de, William Lendrum Mitchell (1879-1936), un piloto que había nacido en Niza, Francia, y que, durante la I Guerra Mundial, se convertiría en el máximo comandante de la Fuerza Aérea estadounidense.

Billy Mitchell, era un hombre brillante e inconforme que se dolía del escaso respaldo que tenía la aviación dentro del Ministerio de Defensa y entre los altos mandos militares que, en su contra, abogaban por estrechar más y más este presupuesto. Así, sus hombres volaban a riesgo de sus vidas, pues, los aviones contaban con muy bajo mantenimiento, y el Estado daba cuenta de una muy pobre visión de futuro, mientras que él vivía tan aventajado que ya calculaba las altísimas velocidades que un día alcanzarían los aviones, y hasta fue capaz de pronosticar el ataque aéreo de que, un día, sería víctima, Pearl Harbor.

Cuando, en 1925, uno de sus aviones se pierde en una tormenta causando la muerte a tres de sus hombres, Billy Mitchell la emprende contra el Ministerio de Defensa y hace pública una declaración que, bien sabe, lo pondría ante un consejo de guerra. Lo que sucedió entonces, haría historia… y, Mitchell, quedaría como valiosísimo ejemplo de la suerte de hombre que eligió la verdad y la justicia contra cualquier tipo de consecuencias. No por nada, en 1948 y de manera póstuma, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos de Norteamérica, le daría una condecoración especial por sus valiosos servicios.

<<EL PROCESO DE BILLY MITCHELL>>, la película que sobre este famoso caso realizara el director, Otto Preminger, sufriría algunos reveses. Primero, sus guionistas, Michael Wilson, Dalton Trumbo y Ben Hecht, no pudieron aparecer en los títulos de crédito porque ya habían sido incluidos en la lista negra durante la oprobiosa Caza de Brujas, y entonces los autores de la historia, Milton Sperling y Emmet Lavery, figuraron como tales. Después, el filme fue prohibido en varios países (España y Argentina, entre estos); y como ñapa, no faltaron los “críticos de cine” que la acusaran de atacar la honorabilidad castrense.

Sin embargo, es indudable que faltó más fuerza en la ejecución de este proceso y que, al contrario de lo que se dijo, se actuó de manera muy laxa con las fuerzas militares. Pero, en cualquier caso, esta es una película necesaria porque sienta un magnífico precedente.

Titulo para Latinoamérica: CONSEJO DE GUERRA
Luis Guillermo Cardona
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