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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama Año 1183. El rey de Inglaterra Enrique II Plantagenet reúne a toda su familia para pasar las Navidades y decidir quién le sucederá en el trono. Manda llamar a su esposa, la maquiavélica Leonor de Aquitania, a quien mantiene encerrada en una torre después de haberla repudiado, y también a sus tres hijos: el taimado Geoffrey, el insignificante John (Juan sin Tierra) y el colérico Richard (Ricardo I Corazón de León). Conviene tener en ... [+]
23 de abril de 2011
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Esto es cine! Con unas actuaciones que trascienden cualquier cálculo de compenetración con los personajes hasta desnudarles el alma. Katharine Hepburn y Peter O’Toole en la cumbre de sus potenciales dramáticos. Tan coherentes y contradictorios… tan crueles y amorosos… tan maquinadores y tan doblegados… tan brillantes y torpes… tan impulsivos y tan controlados, como cualquier ser humano que haya vivido su vida a plenitud.

Una impecable escenografía que desnuda, palmo a palmo, las frías y desoladas paredes de aquel recinto llamado palacio, donde se cuecen todas las posibilidades de un único ideal: hacerse con el poder... o conservarlo. Cada muro se conjuga con las emociones que embargan éste o aquel instante; cada recinto se reserva la luz que se compenetra con el sentir de aquellos pequeños, pero grandes seres humanos; y cada corredor contiene los descensos y subidas que se van sucediendo en la vida de los gobernantes.

Una banda sonora, solemne, majestuosa, dramática, con la potencia que solía hacer acopio ese gran músico llamado John Barry, a quien se le hizo justicia con el premio Oscar. Y una cámara puesta siempre en el justo lugar, desde donde pudiera verse y sentirse con el mayor rigor, el hacer y el decir de cada personaje.

Es la historia del rey Henry II, y de su reina, Eleanor de Aquitania, junto a sus denostados hijos, John, Geoffrey y Richard, este último renombrado después como “Corazón de León” y glorificado (ficticiamente) en muchas aventuras literarias y cinematográficas. Un guión magistral, escrito por el dramaturgo James Goldman -basado en su propia obra-, contiene diálogos vigorosos y brillantes desde lo literario, y más aún, desde la capacidad de urdir y de manipular conque se revisten sus sólidos personajes.

Nexos históricos y/o narrativos que remiten, ligera o sustancialmente, al “Macbeth” de W. Shakespeare, “La Loba” de W. Wyler, “Lanza rota” de E. Dmytryk, y de manera más cercana, al “Becket” de Peter Glenville donde, cuatro años atrás, Peter O’Toole recrea por primera vez al rey Henry II en su ferviente relación con su canciller y obispo de Canterbury, Thomas Becket.

A “EL LEÓN EN INVIERNO” le cabe el rótulo de la excelencia. Es una obra que enaltece al arte teatral de donde surgió, y que añade gloria a la cinematografía al ser convertida, por Anthony Harvey, en una película capaz de transparentar el alma humana.
Luis Guillermo Cardona
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