Entre 1974 y 1983, la NBC de los EEUU, mantuvo a las audiencias cautivas con una serie dramática y familiar, que luego daría la vuelta al mundo por su inmenso contenido de valores humanos, de realidades sociales, y de personajes capaces de sensibilizar al más duro de los corazones. Desde entonces, “LA CASA DE LA PRADERA” sigue presente en muchos canales del mundo, porque pocas series como ésta, se guardan entre los gratos recuerdos de lo que alguna vez nos haya ofrecido la, en general, deprimente y frustrante televisión.

Basada en los libros originalmente titulados “The little house on the prairie” (La casita en la pradera) que, sobre la historia de su vida y de su familia, escribiera Laura Ingalls Wilder (1867-1957), fue el productor Ed Friendly el que sacó adelante la idea de adaptar para la televisión estas aleccionadas historias que, tras el gran éxito alcanzado en su primera temporada, pronto se complementaron con ideas tomadas de algunos clásicos cinematográficos que sirvieron de base sólida para seguir contando relevantes y emotivas aventuras.

Michael Landon, anteriormente conocido como el joven Joe Cartwright en la serie “Bonanza”, es el protagonista de esta serie, y su rol de Charles Ingalls llegó a ser encuestado por algunos medios como “el cuarto papá de la tv más grande de todos los tiempos”. Charles es ejemplo perfecto del padre leal, honesto, constante, y comprometido con su familia y con la sociedad, durante cada día de su vida. Su esposa Caroline (la bellísima Karen Grassle), es la dulcísima mamá empeñada en darle a su marido el ansiado hijo varón, pero la suerte les trae una hija tras otra, que, sin obstáculo alguno, la pareja acoge con el mayor de los compromisos. También aparecen, Melissa Gilbert como la vivaz Laura Ingalls, Melissa Sue Anderson como su preciosa y conmovedora hermana Mary, y entre otros, Katharine MacGregor como la cotilla y divertidísima Harriet Oleson, y Victor French como el “sin modales” pero fiel amigo, Isaiah Edwards.

Quien llega a conocer ampliamente la vida de la familia Ingalls, con sus vicisitudes, frustraciones y desgracias, pero también su compromiso social, sus fuertes lazos familiares, su trabajo en equipo y su constancia para vencer los incesantes obstáculos que les impone la existencia, pronto comprenderá que el ser humano solo se hace grande cuando cruza las barreras, cuando se preserva enhiesto ante las desgracias, y cuando comprende que la vida implica superación, entrega y compromiso.

Fueron 206 episodios, en los que se relató la compleja, pero ejemplarizante y maravillosa existencia de dos generaciones Ingalls, los que pusieron a “LA CASA DE LA PRADERA” en la cumbre de las series televisivas y, sin reparo alguno, la considero digna de ver en los hogares y en todas las instituciones educativas del mundo.

Título para Latinoamérica: “LA FAMILIA INGALLS”