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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Drama Inspirada en la novela homónima de E. Zola. El maquinista de tren Lantier (Jean Gabin) es un hombre solitario marcado por el estigma hereditario de la locura. No puede reprimir su misoginia y su trato con las mujeres es muy violento. Solo es feliz mientras conduce su locomotora que cubre el trayecto desde El Havre hasta París. Comete un gran error al enamorarse de Sévérine (Simone Simon), que lo que busca es inducirlo a matar a su marido. (FILMAFFINITY) [+]
12 de mayo de 2016
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Además de haber sido un virtuosísimo escritor, Victor Hugo, fue también un historiador concienzudo, un gran espiritualista, y un filósofo capaz de llegar a las profundidades de la especie humana a niveles que no llega ningún otro escritor francés del siglo XIX. Por su parte, Émile Zola, fue un reluciente contador de historias, pero, su lenguaje, su conocimiento de la esencia humana y su forma de asumir a ciertos personajes, no solía nadar en aguas lo bastante limpias y profundas, y por eso sorprende cuando, siguiendo su, "Historia natural y social de una familia bajo el segundo imperio (Los Rougon-Macquart)", tras varias novelas se encuentra uno con, “La Bestia Humana” (1890), que es lo más cercano a una obra maestra que, Zola, haya podido escribir.

Esta memorable novela, es un drama del más alto nivel; los personajes son especialmente interesantes, profundos, sorprendentes, amados por el autor con todas sus contradicciones, al tiempo que les desnuda sus más recónditos abismos. Por otro lado, el entorno social es criticado con el más cáustico humor y son mostradas, con gran agudeza, las liviandades de la mal llamada justicia. Abundan situaciones del más cálido romanticismo, cumbres pasionales, emociones chocantes y tenebrosas… También, las más simpáticas cotidianidades, ejercicios profesionales que prueban lo controvertida que puede ser la verdad, y cómo es común que, en sociedad, prime la conveniencia, sobre la justicia... aunque, para ello, haya que permitir uno que otro desafuero.

Todo esto que, Zola, describe con un virtuosismo que sorprende cuando se le ha seguido cronológicamente, se extravía de manera tan lamentable en la versión cinematográfica realizada por, Jean Renoir, que, aún con algunos aciertos, el filme luce, en general, como una recreación de tangenciales situaciones, llegando muy, pero muy poco, a la proyección que alcanza el autor de la novela en su búsqueda de la natural esencia humana; y en el propósito de aportar alguna novedad argumental, nada se gana, y en cambio, se pierde uno de los más altos logros de la novela.

Creo que, nadie que haya leído, “La Bestia Humana” (título perfecto que nos lleva a pensar: ¿Cuál de los personajes es el que merece semejante juicio? o ¿Será acaso algo de mayor envergadura?), se sentirá conforme con lo logrado por el director francés, pues, comprenderá que los significados, y logros psicológicos y sociológicos alcanzados en la novela, en éste filme se esfuman por completo al ser reducida la historia a un crimen y a un hecho que lucirá insólito, y que nos deja en el sobresalto abrupto o en la senda de las especulaciones sin mayores asideros. También las instituciones sociales quedan al margen y lo que, en la obra, es un macro estudio de valores, se reduce en el filme a algo de muy poca trascendencia.

¿Qué resalta de la película de Renoir? La creíble actuación de, Jean Gabin y de Simone Simon; la iluminación muy acorde con el oscuro drama… y aquella buenísima metáfora visual cuando, Jacques Lantier se solaza junto a Séverine.

P. D. Sea éste el momento de mencionar algo que me llamó la atención en la novela: Se dice que Lantier es hijo de Gervaise, protagonista de, “La Taberna”, pero, en esta obra nunca se menciona y tan sólo sabemos que la lavandera tuvo dos hijos con Auguste: Claude y Étienne.
Luis Guillermo Cardona
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