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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Drama. Romance Mientras está dedicado a la bebida, el capitán Chris Christoferson (George F. Marion), recibe una carta de su hija deseando quedarse un tiempo con él en busca de recuperación. Su padre la invita entonces a un viaje en su barcaza transportadora de carbón... y será cuando Anna (Greta Garbo), conozca al marino Matt (Charles Bickford), con quien sostendrá una compleja relación. (FILMAFFINITY)
23 de agosto de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue, el 2 de noviembre de 1921, cuando el dramaturgo, Eugene O’Neill, vio representada su obra, “Anna Christie”, en el teatro Vanderbilt de Broadway, New York. Pauline Lord, George F. Marion y Frank Shannon, tenían los roles principales, y una vez más, el público asistió (durante 177 representaciones) a otro drama donde el lado oscuro y los valores más ocultos de los desarraigados, eran recreados con la inmensa sensibilidad y la brillantez de quien llegaría a ser Premio Nobel de Literatura y ganador en cuatro ocasiones del premio Pulitzer (el último a título póstumo y uno de ellos por, “Anna Christie”).

La historia es bastante “sencilla”: Chris Christofferson, capitán de una gabarra transportadora de carbón, recibe una carta de su hija en el bar cuya dirección le dio para que le escribiera. La crio sólo hasta sus cinco años… y han pasado quince desde el último día en que la vio en aquella Suecia donde dejó a la familia. En su carta, la hija le anuncia una pronta visita… y no se hará esperar mucho, porque ya está a la puerta del bar donde Chris se desahoga con una especial anciana ávida de alcohol.

Comienza así, el drama de una muchacha que reclama una cura de reposo, pues, en su pasado hay situaciones bastante dolorosas que, quizás lleguemos a conocerlas durante el viaje por mar que realizará con su padre y cuando a su vida llegue, Matt Burke, un marino que será rescatado junto a otros hombres de un naufragio.

Aunque ya había sido llevada al cine, en 1923, bajo la dirección de John Griffith Wray, la <<ANNA CHRISTIE>>, que ahora dirige, Clarence Brown, es la versión estadounidense de una película que, siempre con Greta Garbo, había sido primero rodada en versión sueca (1930), bajo la dirección de, Jacques Feyder, y simultáneamente en versión alemana a cargo del mismo director. A falta de haber podido ver estas versiones, nada sabemos de cuánta afinidad y probable réplica tenga la versión hollywoodense, aunque puede suponerse que sea bastante, ya que, lo habitual en estos procedimientos, era la mayor fidelidad posible al original para abaratar costos.

La historia consigue atraparnos con ese brillante escudriñamiento de las almas de unos personajes que, para los más prepotentes podrían no valer nada, pero, los cuales van dando cuenta de esa sensibilidad y de esos sentimientos profundamente humanos, encontrables siempre hasta en los más simples seres de la tierra.

Sólo, George F. Marion (el capitán Chris), pasó de las tablas a la versión cinematográfica estadounidense, y Charles Bickford (Matt), fue el único que llegó a la película sin conocimiento previo de la obra. En cuanto a Greta Garbo, estrella en tres ocasiones de la misma película, resulta aquí bastante sensual luciendo repetidamente un sugerente suéter sin sostén aprovechando los tiempos del pre-code, pero se extraña que, con la experiencia que ya tenía, resulte a ratos demasiado teatral y sobreactuada. En cambio, hay que ver a la veterana, Marie Dressler (Marthy) -actriz muy apreciada por la guionista, Frances Marion, quien siempre la recomendaba-, dominando la escena en cada plano que se le concede, con absoluta autenticidad.

La obra, por sí sola, tiene un peso bastante significativo como exploración de la condición humana, y ya por esto es digna de leerse, como también vale la pena ver casi todo lo que se ha realizado con base en obras de, Eugene O’Neill, incluida esta, <<ANNA CHRISTIE>>, que, Clarence Brown, ha hecho con suma dignidad.
Luis Guillermo Cardona
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