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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Cine negro. Drama Nueva York, año 1934. Christopher Cross es un simple cajero, infelizmente casado, cuya única pasión es la pintura. Una noche conoce a Kitty March, una atractiva buscavidas de la que se enamora y le hace creer que es un pintor de éxito. La chica y su novio Johnny, un tipo sin escrúpulos, aprovechan la ocasión para intentar explotar al pobre hombre, pues creen que sus cuadros valen mucho dinero.
(FILMAFFINITY)
29 de noviembre de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Christopher Cross es, desde hace años, un respetado cajero en una empresa donde se siente muy estimado por el jefe y por sus compañeros de labores. Vive en relativa paz con su esposa y sus dos hijos, aunque presiente que ella sigue añorando a su primer esposo -el cual desapareció en un río sin que su cadáver hubiese sido encontrado-, pues, aún conserva su retrato fielmente colgado en una pared de la casa donde ahora habitan. Ante sus amigos, Cross se vanagloria de no necesitar aventuras que puedan perturbar el sosiego que ahora tiene, pero, muy pronto, tendrá en su mano la oportunidad de portarse como un caballero... y, el Fatum, aprovechará la ocasión para probar su firmeza, haciendo que se entrecruce (criss-cross) con una atractiva y noctámbula chica que se hace llamar Kitty, cuyo novio (un oportunista proxeneta) la convence para que desplume al nuevo pretendiente.

Además de cajero, Cross es un pintor con gran sentido de la perspectiva y con una técnica que evoca a Henri Rousseau, sólo que él mismo no tiene mucha fe en su obra. Pero, habrá quien sí la tenga… y entonces se avendrá una triste suplantación de personalidades y un triángulo amoroso que podría generar lamentables consecuencias.

Con un guion de Dudley Nichols, libremente basado en la novela, “La Chienne" (La Perra) de Georges de la Fouchardière, la cual había sido adaptada al cine por, Jean Renoir, en 1931, la película consigue algunos significados bien dignos de tomar en cuenta y que complementan lo que ya sucedía en “The Woman in the Window” (1944), filme con el cual tiene algunas similitudes. De manera soterrada, es un alegato contra la pena de muerte, al mostrar cómo se cometen errores judiciales y se condena a inocentes sin mayores tropiezos (esto le costaría la prohibición en algunos estados norteamericanos y los siempre apresurados reproches del tristemente recordado, Will H. Hays); y moralmente, deja bien expuesto un hecho inaceptado por la sociedad, pero demostrado de sobra por la psicología: Una conciencia marcada por un crimen cometido, suele sentirse asediada por un tormento mayor, cuando no recibe el castigo social que considera merecido. La cárcel, en numerosos casos, resulta tranquilizadora porque la persona siente que ya está purgando su castigo, pero, el que ante la justicia humana consigue pasar impune, verá repetirse en su mente, hoy, mañana y cada día, aquella escena abominable del delito que cometió en un momento de ira, de ligereza o desespero... y es ésta, la prueba contundente de que la impunidad no existe, pues, la conciencia es, para todos, la peor cárcel del mundo; y en un gran número de casos, el alcoholismo y la drogadicción, como el tener que dormir con un radio o un televisor encendido, son maneras desesperadas de huir de los reclamos de la conciencia.

Esta es la clase de filme que no deja indiferente a nadie. Lang es un gran maestro.

Título para Latinoamérica: MALA MUJER
Luis Guillermo Cardona
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