Laurel & Hardy son dos detectives –no de los mejores ¡claro!- que viajan a ciudad de Mexico detrás de una bella y peligrosa mujer –aunque todas las mujeres bellas son peligrosas, usted lo sabe-. Entre tanto, el delgaducho rostro de un torero español, conocido como Don Sebastián –sí, el mismo Laurel-, trae a la memoria de un hombre resentido, la imagen de dos tipos que consiguieron un día que lo metieran en la cárcel… por un crimen que no cometió –¡ajá!, los dos tipos son Laurel & Hardy detectives-. La víctima, de nombre Richard K. Muldoon, jura entonces que, si se los encuentra, los desollará vivos para cobrarles la que le hicieron... ¡y da la impresión de que el tipo es de aquellos que cumplen con lo que prometen!

Fue ésta la última película que hicieron El Gordo y el Flaco para la 20th Century Fox y la penúltima de su carrera como pareja. La dirigió, una vez más, Malcolm St. Clair, y me da la impresión de que sólo se buscaba con ella recordar el modus operandi con el que, por largos años, nos hizo reir –y padecer- esta maravillosa pareja de comediantes.

Volveremos a ver la risa complacida y el llanto infantil de Laurel; la mirada directa de Ollie hacia la cámara buscando nuestro entendimiento; los especiales enfrentamientos donde, rival y atacante, esperan pacientemente a que el otro le haga la maldad que quiera, mientras cada uno va pensando como desquitarse; la chica hermosa que besa a Stanley y éste desvaneciéndose encantado; la columna que se balancea con ellos en lo alto… y hasta la rutina del huevo que, en alguna otra ocasión, también resultó divertida.

Como puede verse, no abunda lo novedoso, ni florea una basta imaginación. Es sólo una vuelta atrás, pero se nos da por pensar que se trataba de rememorar viejos tiempos y de ejercitar viejas maneras de hacer pasar un buen rato a todos los que les hemos seguido durante tantos años. Y lo han conseguido porque, a nuestra memoria, regresó “El gran negocio”, “Fra Diávolo”, “Una fiesta en Hollywood”… y otras aventuras de esa pareja a la que llevaremos por siempre en el corazón.

Título para Latinoamérica: "TOREROS"