Digámoslo de entrada: Esta es la película de dibujos animados más halagadora que he visto en muchísimo tiempo. Es diversión pura; con un buen número de encantadores personajes; excelentes y novedosísimas escenas de acción; humor muy bien dosificado... y, además, incluye una que otra lección de la más avanzada sabiduría oriental.

Los directores, Mark Osborne y John Stevenson, se han puesto a tono con el cine Made in China, y el resultado es más que satisfactorio a todos los niveles. La trama y la técnica de animación funcionan por donde se les mire... y, al final, uno sale bien relajado, sintiendo muy adentro que, alguno de sus mensajes, bien que serviría como ejercicio de vida.

El guion, escrito por, Jonathan Aibel y Glenn Berger, basados en una historia de, Ethan Reiff y Cyrus Voris, nos habla de un oso panda -aprendiz de cocinero junto a su “padre”-, quien para nada luce conmovido con la vida que viene llevando. Por eso, se muestra reticente y haragán, y comer sin respiro es la mayor de sus diversiones. Po, que así se llama el gordito plantígrado -que ni siquiera alcanza a verse los pies-, anhela aprender Kung Fu, y la ocasión le llega como enviada por la Providencia, cuando tras una pequeña osadía, resulta señalado por el sabio dedo del maestro Oogway, quien se guía más por las señales del destino que por los hechos concretos. Así, los principales aspirantes a convertirse en el Guerrero Dragón: Tigresa, Serpiente, Mono, Mantis y Grulla -conocidos por todos como Los Cinco Furiosos-, verán cómo cambian los pronósticos... y el torpe Oso Panda, se convierte, sin remedio, en el enviado de los dioses para acabar con el mal que, en una visión, el maestro Oogway ha conocido que viene a cobrar venganza en El Valle de la Paz.

“El ayer es historia, el mañana es un misterio, pero el hoy es un obsequio, por eso se llama presente”. Con éstas palabras, el maestro Oogway pone a, Po, a vivir Aquí y Ahora, y asignándolo al maestro Shifu, lo entrega para su preparación sin saber que, éste y sus Cinco Furiosos, tienen con el obeso Panda otros planes no muy santos.

“Cuando el agua está agitada –insiste el maestro Oogway- no es posible ver a través de ella, pero cuando se calma, todo se ve muy claro”. “Los accidentes no existen”. “Olvida la ilusión del control, yo no puedo hacer que un árbol dé fruto cuando yo quiero”… La sabia tortuga defiende su causa y un largo proceso ha de avenirse para demostrar lo imposible.

La trama mantiene un ritmo bastante intenso, y las situaciones fluyen con marcado virtuosismo y con indeclinable interés. Los directores, alternan con gran propiedad los niveles climáticos... y la película se desenvuelve en un ambiente festivo, trepidante, pero, también reflexivo y con profundas enseñanzas.

Con, <<KUNG FU PANDA>>, la diversión está asegurada y no dejes que, lo que te suene con hondo significado, pase por tu mente de manera desapercibida. Asimila y ejerce, que ¡en eso te va la vida!