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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama Inglaterra, siglo XII. Drama histórico en el que se narran los enfrentamientos entre Enrique II Plantagenet, rey de Inglaterra, y Thomas Becket, que llegó a ser canciller y después arzobispo de Canterbury (desde 1162). Las desavenencias entre ambos comienzan cuando en 1164 (Constitución de Clarendon) el rey lleva a cabo una reforma del sistema judicial que reduce substancialmente las prerrogativas de la Iglesia.(FILMAFFINITY)
15 de mayo de 2010
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre íntegro, con principios, y predispuesto siempre a la búsqueda de la lucidez existencial, sólo le debe lealtad a Dios, al amor y a la verdad. Pero, un rey, aferrado a los privilegios del poder y del vasallaje, sólo le deberá lealtad al sostenimiento de su trono a como dé lugar, pues cuando se cae en la trampa de la “superioridad”, es más fácil traicionarlo todo que renunciar a la “grandeza”.

Lo extraño, y a la vez admirable, en este maravilloso filme dirigido por Peter Glenville, es que vemos al rey, Enrique II, como un hombre que reconoce la amistad donde ésta se da y la valora casi hasta el límite de sus propios intereses.

La relación que se da entre él y su amigo, canciller, y luego su arzobispo de Canterbury, Thomas Becket, contiene el más notable, conmovedor y entreverado conflicto de emociones que hayamos visto por mucho tiempo en una obra cinematográfica. Diálogos agudos, profundos, capaces de sustraer la dualidad que se agita en el hombre conteniendo su grandeza y su fragilidad. Unas actuaciones vividas hasta rozar las entrañas de sus personajes (magníficos Peter O´Toole y Richard Burton); una recreación histórica de gran rigor, y el más impecable registro fotográfico por parte de Geofrey Unsworth.

Lo que resplandece en el filme son dos seres humanos con todas sus contradicciones, sus matices y su capacidad de enfrentar al mundo para defender una amistad que, en el ejercicio de lo que es justo, quizás encuentre sus propios límites. La obra da para trascender la epidermis de sus gloriosos personajes, y permea el alma, presiente el corazón y teje un hecho “histórico” que merece recordarse para siempre.

Estamos en el siglo XI. Se vive una época de confrontación entre los Normandos quienes detentan el poder con un régimen de opresión harto excluyente, y los Sajones (pueblo de origen germánico que se estableció en Inglaterra desde el siglo V), que repelen, sin mayores recursos, a un rey que es “un eterno adolescente atento sólo a sus placeres”. Pero, cuando el poder pretende jugar con la voluntad de los seres humanos, llegará el momento indefectible, en que se llevará las más extrañas e inesperadas sorpresas.

“BECKET” es cine esplendoroso que renueva el sello de la perennidad al arte cinematográfico.
Luis Guillermo Cardona
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