Con un magnífico plano-secuencia de 13 minutos de duración, el director Brian De Palma, nos introduce en el hecho que está convocando a los personajes centrales de su filme, <<OJOS DE SERPIENTE>>. Es una secuencia de la que no podemos perdernos ni un solo plano, pues, en ella sentimos que estamos viendo en acción a los protagonistas de una conspiración que comienza a olerse en el ambiente, y que pronto, el detective Rick Santoro, metido en el caso sin ser llamado, tendrá que reconstruir entre cerca de 14 mil espectadores que se encuentran viendo la pelea de los pesos pesados en el arena de Atlantic City.

Pero, lo que viene después, servirá para demostrar que unas cámaras bien instaladas pueden revelar secretos por nadie contados y por todos guardados; y para fortuna de Santoro, aquel coliseo está tan equipado al respecto, que no hay que ser muy inteligente para desenredar el atentado cometido, sino saber mirar las grabaciones donde todo está bien claro y con pruebas contundentes. Como ñapa, la persona más cercana a la víctima es su testigo, conoce el caso de primera mano y también vio cosas redundantes como para que todo quede tan claro y transparente como el agua.

En este sentido, Rick Santoro, quien tendrá a su lado a su mejor amigo, el capitán de fragata Kevin Dunne, no conseguirá lucir como un héroe que nos descreste con su ingenio, y apenas nos despierta admiración por su fe en la amistad y por su capacidad indeclinable de dar más valor a la dignidad y a una vida, que a una llamativa, ¡pero que muy llamativa!, suma de dinero.

Santoro, demuestra saber que, la amistad tiene su límite en la legalidad y cuando se cruza esa frontera ya no se es amigo sino cómplice. En este sentido, el guion que escribieran, el propio De Palma y David Koepp, nos dispone a cierto lado humano de la película, y el facilismo de la trama tratamos de no echarlo de menos, procurando captar los valores inherentes a este otro tema.

Con personajes como Gilbert Powell, Lincoln Tyler, Julia Costello… o el mismísimo amigo Dunne, entran en juego relaciones interpersonales donde se entrecruzará el compromiso y la traición; el deseo ferviente de ser justo y el ansia irrefrenable de sacar provecho de la situación; la tentación del dinero y el peso moral de respetar una vida. En manos de un director menos comprometido con el interés comercial, esto hubiera podido dar un manifiesto de relaciones humanas bastante pertinente y significativo, pero, al asumir como eje fundamental la blanda conspiración, todo lo que hubiera podido levantar la historia, se pasa muy rápido... y así no llegamos a sentir que nuestro corazón palpite con emoción alguna.

Nicolas Cage, resulta simpático, pero le falta calibre y su personaje no logra la altura que esperaríamos de un profesional. Creo que, Gary Sinise, se lo devora enterito, pues, en cada plano donde aparecen juntos, éste desborda carácter y emociones muy bien contenidas, mientras que Cage se dedica a los gestos y a que todo se sepa con su habilidad verbal.

<<OJOS DE SERPIENTE>>, daba para muchas otras cosas, pero, Brian De Palma no logró dar en el blanco y su filme se ha quedado en la categoría peso pluma.