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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama. Romance Verano de 1947. Stingo, un joven aspirante a escritor, se instala en una pensión familiar de Brooklyn. Su tranquilidad se verá pronto turbada por la terrible discusión de una pareja que vive en el piso de arriba. Cuando conoce a los amantes queda cautivado por su encanto y simpatía. Ella, Sophie Zawistowska, es una hermosa emigrante polaca y católica. Él, Nathan Landau, un encantador y desequilibrado científico judío. Poco a poco, ... [+]
15 de mayo de 2017
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras más conocemos acerca de las atrocidades que cometieron los nazi-fascistas durante la II Guerra Mundial, más seguros estamos de que, es ésta, la suerte de ideología a la que jamás debería abrírsele ni una puerta más, ni un solo corazón. Lo que acaba de ocurrir en Francia, donde el pueblo respaldó masivamente al joven, Emmanuel Macron, para espantar el fantasma nazi que representaba la ultraderechista Marine Le Pen, es una radiante señal de que, la gente civilizada, no quiere que se repitan, ¡jamás¡, las espeluznantes infamias de aquella guerra ni los propósitos deleznables de esas ideologías.

Con su novela “Sophie’s Choice” (1979), el estadounidense William Styron (1925-2006), nos deja el inmenso drama de una adorable refugiada polaca, Zofia Zawistowski, quien, mientras vive en Brooklyn, New York, se enamora perdidamente de un ‘biólogo’, brillante y encantador, que también la adora… aunque, repentinamente, tiene unas momentáneas crisis en que pareciera desconocerla, mientras la agrede con palabras que ofenden su integridad. Es, durante una de estas crisis, que a sus vidas llega un joven aspirante a escritor llamado Stingo, y enseguida, los tres se convierten en grandes amigos, siendo la única mancha, las repentinas crisis de Nathan que, muy maduramente, ambos aprenden a perdonar.

Pero, como si hubiese nacido condenada a un triste destino, luego sabremos del pasado de la madre polaca y de su permanencia, junto a sus dos pequeños hijos, en el campo de concentración de Auschwitz, víctima de un error, puesto que es cristiana y su único “pecado” es haber nacido polaca.

“LA DECISIÓN DE SOPHIE”, es la segunda novela y segunda película - junto a “La Hora 25” -, que, recién descubro, no elige a un protagonista judío sino a un cristiano víctima de un error de los alemanes. Me huele, no a antisemitismo, sino a una muestra de inconformismo con las políticas del gobierno israelí que, a veces, paradójicamente, se han semejado a las ideas nazis en su enfrentamiento contra Palestina.

Entre los recuerdos que compartirá Sophie -como la llaman sus amigos americanos-, tendrá lugar una de las escenas más espeluznantes y brutales de la historia del cine, lograda sin un golpe y sin una sola gota de sangre, y tan sólo por la forzada obligación de tomar una terrible decisión. Otro rostro ha quedado guardado para siempre en mi memoria: El de Jennifer Lawn Lejeune, igual que, luego, conservaría el de Ngoc Le, la francotiradora vietnamita de “Full Metal Jacket” (Stanley Kubrick,1987) y el de Thuy Thu Le, la vietnamita violada en “Casualties of War” (Brian De Palma, 1989). Es decir, la década de 1980, nos dio tres de los personajes más impactantes y conmovedores de la historia cinematográfica y, curiosamente, ninguna de las tres intérpretes volvió a aparecer en otra película.

En “LA DECISIÓN DE SOPHIE”, queda también para la memoria, la maravillosa actuación de Meryl Streep, quien se dio el lujo de hablar perfectamente en polaco y alemán, además de plasmar a un personaje martirizado y angelical, de esos que enamoran y conmueven desde lo más recóndito del alma. Su carácter… su compromiso… su resiliencia… pesan grandemente en esta historia con aroma a tragedia, donde graves decisiones pueden perdonarse al habérsenos permitido conocer la Verdad histórica.

Interesantísimo debut de ese polifacético actor llamado, Kevin Kline, y muy cálida aparición de Peter MacNicol, actor que, como Kline, también traía una sólida experiencia en el teatro shakesperiano. El guion y la dirección de Alan J. Pakula, de la más alta compostura y, “LA DECISIÓN DE SOPHIE”, ya tiene un merecido lugar en los anales del séptimo arte.
Luis Guillermo Cardona
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