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Voto de Luis Guillermo Cardona:
4
Acción. Aventuras. Fantástico El pronto descubrimiento de la tumba de un Faraon egipcio lleva a varios personajes en su busqueda, unos arqueologos, unos ladrones de tumbas, un extraño personaje turco y un aventurero, cada uno movido por sus propias motivaciones que van desde el mero hallazgo arqueologico hasta la destrucción de la humanidad. (FILMAFFINITY)
12 de octubre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imposible olvidar aquellos días de la infancia en que, tras salir de la escuela, a eso de las 4:30 pm, agilizaba mis pasos para regresar al hogar. Allí me recibía una madre siempre afectuosa, la cual me daba un beso y un abrazo, y de inmediato me ofrecía algo para tomar o para comer. Seguidamente, corría hasta mi cuarto, soltaba el bolso y me ponía ropa de casa… y con sumo entusiasmo encendía la radio, dispuesto a escuchar la serie, “Kalimán, el Hombre Increíble”, que transmitía el circuito Todelar a las 5 de la tarde.

¡Cuánta imaginación me despertaba esta serie!, ¡Cuántas enseñanzas de valor, superación y sobre el poder de la mente, me transmitía Kalimán!... y, cuando años después lo recordaba, quedé firmemente convencido de que fue, éste imaginario y maravilloso héroe, el que despertó en mí el interés por la psicología, la metafísica y lo espiritual.

<<KALIMÁN, EL HOMBRE INCREÍBLE>>, comenzó como una idea del mexicano, Benjamín de la Torre, quien lo llamó Kalima, pero, luego, el gerente de RCN, Modesto Vásquez, lo cambió a Kalimán y a su pequeño amigo, que se llamaba Olín, lo bautizó Solín… y él mismo, junto a Rafael Cutberto Navarro, se ocupó de escribir los argumentos que, Héctor González Dueñas (quien firmaba como Víctor Fox) y Clem Uribe, estructuraban como guion para la radio… y desde entonces, “Kalimán…”, como radionovela y también como revista de historietas, estuvo vigente entre, 1963 y 1991, siendo una de las más exitosas series que se hayan producido en México.

Según cuenta la historia, Kalimán es el séptimo hombre de la dinastía Kali (diosa hindú y una de las consortes de Shiva) y su misión es combatir el mal sirviéndose de los poderes mentales adquiridos durante su formación en el Tíbet, pero, bajo el riguroso principio de no dar muerte nunca a nadie.

De la primera aventura de Kalimán, publicada en historieta, “Profanadores de Tumbas”, en la cual conoce a su leal amigo Solín, es que surge la primera de dos versiones cinematográficas que realizara el director, Alberto Mariscal, y la cual rodó en locaciones de México y Egipto. Infortunadamente, lo realizado resulta bastante maltrecho por la pretensión de hacer un filme accesible a todo público –en especial los niños- y, Mariscal -más efectivo en el cine fuerte y con alto dramatismo-, termina haciendo un cuento que se parece más a una historia de Chespirito o de Viruta y Capulina, por la plena ingenuidad con la que se ruedan las escenas de acción... pero, ¡los comediantes al menos nos hacían reír!

El actor, Jeff Cooper, quien representa al hombre increíble, tampoco da la medida, y ese detalle de usar cremas antisolares -con las que, en exteriores, se asemeja por fin a un hindú-, termina en todo caso resultando ridículo.

Los efectos especiales y la puesta en escena tampoco ofrecen nada llamativo y, en general, las actuaciones y los personajes carecen de todo brillo. Mejor seguir recordando la excelente radionovela -en mi caso, versión Colombia- en la que las voces de, Gaspar Ospina y Erika Krum, resultaban maravillosas.
Luis Guillermo Cardona
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