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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Thriller. Intriga Johnny Boz, antiguo cantante de rock y propietario de un nightclub de San Francisco, aparece brutalmente asesinado en su cama. La última vez que se le vio estaba con su novia, Catherine Tramell, una atractiva escritora de novelas de intriga. El agente Nick Curran, que atraviesa un mal momento, pues acaba de desintoxicarse de su adicción al alcohol y a las drogas, recibe el encargo de vigilar a Catherine, principal sospechosa del crimen. (FILMAFFINITY) [+]
22 de julio de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con mayor frecuencia de la que podemos imaginar, la diferencia entre un policía y un asesino, es tan delgada como la línea que se traza en una hoja con un alfiler, y consiste tan solo en que éste obedeció ya a sus impulsos primarios en contra de lo que reclamaban los principios más ponderados de la sociedad, y el policía los desfoga dentro de la ley, limpiando a la sociedad de individuos “indeseables”. Pero matar es un hecho lamentable tanto si el que muere fue antes un delincuente o un hombre honrado, porque, si bien es cierto que de haber seguido vivos, ambos pudieron seguir siendo lo que fueron, también es factible que el hombre bueno dejara un día de serlo y el delincuente pensara en redimirse. Sé que no es fácil conciliar con este concepto, pero si se mira objetivamente, cabe dentro de lo posible.

El ser humano es irremediablemente dual: Lleva dentro de sí la luz y la oscuridad, la cordura y la locura, el amor y el odio, la capacidad de construir y el impulso de destruir… y cualquiera de estos potenciales puede aflorar en el momento menos predecible. Lo que hace que no tengamos derecho a juzgar, es que esto funciona lo mismo en usted y en mí, en el santo y en el pecador… en el policía y en el asesino.

Lo que más me gusta de “INSTINTO BÁSICO”, es precisamente que muestra la fragilidad humana en ambos bandos y lo mismo te fascinas con la sospechosa Catherine Tramell, que consigues dudar de la integridad del policía Nick Curran. Por igual vemos a la escritora y psicóloga como una posible asesina, mientras que sentimos que Curran tiene la capacidad de aplicar justicia. Y tan criminal puede parecer el policía Gus o el superior Nielsen, como también dudamos de Roxy, de Hazel Dobkins o Elisabeth Gardner.

Por eso, cuando el director nos trampea con la escena inicial y la escena de cierre, de inmediato nos entra la duda, porque según lo que hemos visto acerca de cada uno de los personajes, el potencial asesino está sencilla y llanamente en cada uno de ellos.

Como ya lo han hecho otros grandes filmes, “INSTINTO BÁSICO” tira definitivamente por la borda el viejo, rancio y largo cuento de los buenos y los malos, y nos pone a pisar suavecito antes de emitir juicios categóricos contra persona alguna. Todo aquello que luce como perfectas coartadas que dejan sin sospecha alguna a determinada persona y todo aquello que brilla como pruebas contundentes que demuestran la culpabilidad de alguien, bien que pueden contener un cabo suelto que alguien, en determinado momento, podría poner sobre la mesa para demostrar lo frágil que suele ser todo aquello que se asume como verdad. De aquí lo arriesgada e infame que suele resultar la pena de muerte.

Memorable actuación de Sharon Stone, donde lo relevante no es su exhibición física como tanto se ha resaltado, sino que pesa por la potencia y el encanto de su mirada, por su mágica sonrisa y su manera de besar, con lo que logra seducir y fascinar al más pintado, dejando sus desnudos como algo sin relevancia alguna. Y en esto, definitivamente, trasciende al director Paul Verhoeven, más dado al escándalo que a la perenne y relevante interioridad.

Michael Douglas resulta también muy convincente como el policía de dudosa moral que, mientras se esmera por descubrir a una criminal y hacer justicia, pareciera querer hundirse conscientemente en ese irresistible pecado y posible infierno que Catherine representa. Y lo que resulta difícil negar es que, imaginariamente, nos arrastra con él.

¡Qué bueno si esto sirve para que no volvamos a ubicar a ningún desadaptado más abajo de nosotros! También la tentación puede, a veces, hacer lo que quiera con usted... conmigo... y con Francisco de Asís.

¡No te rías, malvado Luci!

Título para Latinoamérica: “BAJOS INSTINTOS”
Luis Guillermo Cardona
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