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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Aventuras. Drama Después de la Segunda Guerra Mundial, durante un viaje a Inglaterra, John Wiley, propietario de una extensa plantación colonial de té en Ceilán, conquista el corazón de la bella Ruth. Se casan y la joven se traslada a vivir a la rica propiedad de su marido. Ruth queda impresionada por el lujo y la exuberancia del lugar, pero ella es la única mujer blanca y la soledad le hace sentirse como un pájaro en una jaula de oro. Además, la ... [+]
16 de mayo de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuánto más arrogante se muestra el hombre en sus abusos contra la naturaleza, más potente será la manera como ésta le demostrará que mantendrá su equilibrio contra todos los desmanes que puedan acometerse. La naturaleza se hizo para beneficio de todos los seres vivos y no de unos cuantos individuos necios y arrogantes… y este derecho lo defenderá, más tarde o más temprano, y pésele a quien le pese.

Algunos años antes de su muerte, Thomas Wiley, el “poderoso” dueño de una plantación de té en Colombo, Ceilán, se arrogó el derecho de construir su mansión (allí llamada “humildemente” bungalow) en un terreno donde cortaba el paso a la senda que recorrían los elefantes de la zona… y desde entonces, los paquidermos luchan, de manera irrenunciable, por seguir el sendero que sienten muy dentro que aún les pertenece. Y ahora, su hijo John, quien acaba de llegar con su bellísima esposa Ruth, está dispuesto a emular a su padre, venciendo el asedio de los elefantes que parecieran querer arrasar aquel “bungalow” pretenciosamente llamado Elephant Walk (La senda de los elefantes).

Entre este conflicto, surgirá también la relación que la esposa de John Wiley comienza a tener con el capataz Dick Carver, cuando se da cuenta de que a su marido le interesan más los amigos y el trabajo, que la adorable esposa de 22 años que le ha otorgado la vida.

Basada en la novela homónima de Robert Standish (seudónimo de Digby George Gerahty, 1898-1981), fue este otro de los proyectos abortados de Laurence Olivier y de su esposa Vivien Leigh, pasando a manos de William Dieterle la dirección y con Elizabeth Taylor en el rol de la bella mujer, víctima del machismo y del apego a las tradiciones. El guión, escrito por John Lee Mahin, tiene un notable parecido con “El velo pintado” de Richard Boleslawski, y por supuesto, con la novela en que éste se basa, escrita por el gran W. Somerset Maugham: El matrimonio sin mucho conocimiento mutuo… el marido más enamorado de su trabajo que de su esposa… el hombre dispuesto a llenar este vacío, y…

Dieterle logra que “LA SENDA DE LOS ELEFANTES” resulte visualmente muy agradable, no obstante que las back projections se demarcan muy claramente, pero ese ambiente entre místico y salvaje, tiene un encanto que te atrae inevitablemente; y la esperanza de que los elefantes hagan lo que pronto presentimos que tienen que hacer, logra que nos mantengamos apegados, mientras Elizabeth Taylor llena unos primeros planos absolutamente deleitables.

Resulta también interesante la actuación de Peter Finch (en su primer filme americano), un John Wiley temperamental, bebedor y machista, que demostrará que tiene otros valores que pueden pesar a la hora de hacerle un juicio justo. Y Dana Andrews, el elegante Dick Carver (usando como apellido el que fuera su primer nombre de pila), es el amante que, en vez de seguir –como hizo al comienzo- demostrando sus personales atractivos, comienza a señalar los defectos del marido –su jefe y amigo-, en su afán de quedarse con el gran trofeo. Y así no debe ser.

Título para Latinoamérica: “LA FURIA DE CEILÁN”
Luis Guillermo Cardona
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