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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Ciencia ficción. Intriga. Fantástico Hannon Fuller, un magnate de los negocios y empresario emprendedor, muere en extrañas circunstancias. Su amigo y mano derecha, Douglas Hall, se ve lanzado a un mundo de crímenes y decepciones, llegando a descubrir que Fuller llevaba una peligrosa doble vida que se movía entre dos mundos paralelos: uno en 1937 y otro en el presente... (FILMAFFINITY)
29 de junio de 2013
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás no haya otra cosa que tenga tantos enemigos como la verdad. La verdad transforma conceptos, convierte en obsoletas muchas teorías, desenmascara lo falso, saca a relucir responsabilidades, llena de luz las estancias en las que solo había sombras… y entonces, mucha gente se duele de que la verdad la condene o la ponga ante la luz como un ser equivocado. A veces, la verdad daña negocios sostenidos con el fraude; deja al desnudo a personalidades que no son más que apariencia… o modifica concepciones asumidas como ciertas durante largos siglos y muchas cosas cambian cuando la verdad permite ver que la realidad es otra cosa.

Hannon Fuller, es un hombre que busca en lo más profundo de la existencia. Por algo le llaman “el Einstein de nuestra generación”. Lo ha invertido todo para crear una multimillonaria empresa de sistemas en la que investiga cosas de tanta relevancia como ¿Qué es la realidad? ¿Quiénes somos realmente? ¿Podemos viajar en el tiempo? ¿De qué estamos hechos?...

Sus avances son ya inmensos, y esto, por supuesto, le acarreará enemigos en una sociedad tan obtusa como la nuestra. Por eso escribirá: “Ojalá no hubiera descubierto nunca la terrible verdad. Sé que intentarán silenciarme”. Pero, siempre es mejor morir como un hombre brillante que se aproximó al conocimiento de sí mismo y del mundo que nos rodea, que vivir muchos años (o toda la vida) como un idiota obnubilado que jamás llega a enterarse dónde se encuentra parado.

Considero que el término “ciencia-ficción” queda en desuso ante un filme como <<NIVEL13>>, pues, lo que aquí se plantea: Mundos dentro de otros mundos… Presencia viva en dos épocas distintas… Transferencia de conciencia a otro cuerpo que no es el nuestro… Conexión energética controlada desde una dimensión desconocida… entre otros temas de enorme significado, no son para nada cosa de ficción (imaginación-suposición-invento) sino hechos largamente probados por la ciencia, aunque solo comprendidos por una minoría.

Tomando como base la novela, “Simulacron 3” de Daniel F. Galouye (1920-1976), el director alemán afincado en Hollywood, Josef Rusnak, consigue darnos una relevante película que hace visible, y comprensible, materialmente, una realidad más compleja y menos susceptible de ser plenamente entendida en todas sus dimensiones. Una impecable puesta en escena (donde seguro se invirtió mucho más en recrear una precisa, y preciosa, ciudad de 1937, que lo que pudo costar ese piso 13 de un edificio lleno de ordenadores, más la panorámica futurista del 2024), permite un brillante contraste de épocas y personalidades que, un buen elenco de actores fortalece debidamente.

Sobresalen en la actuación, Vincent D’Onofrio, inmejorable como el asistente y el barman que ponen los puntos más altos en cada escena donde aparecen; y Gretchen Mol, como la muy bella Jane Fuller y como la vivaracha Natasha Molinaro, dos seres ambiguos que, con su enigmática presencia, impondrán unas cuantas sorpresas a la vida de Douglas Hall, el asistente del profesor sacrificado.

Filmes como, “Matrix”, “Inception” y otros, debieron beber sin duda de, “Simulacron 3”, y se agradece que el conocimiento del hombre y del entorno que, en realidad, lo constituye, interese cada vez más a otros realizadores. Vivir no puede seguir siendo indefinidamente una fruslería, pues ya sabes que, es lo que piensas lo que determina tu mundo.

Título para Latinoamérica: <<EL PISO 13>>
Luis Guillermo Cardona
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