La palabra inglesa, snuff (pron: snaf) tiene, entre otras acepciones, apagar, extinguir como una vela. Esto puede derivar en matar lentamente, asesinar sin prisa… algo que jamás asume animal alguno y solo cabe en la mente trastornada de algunos hombres, víctimas de una sociedad en exceso permisiva, y al mismo tiempo carente de formación y de compromiso moral, como para elevar los niveles éticos y socializadores de sus ciudadanos.

El colmo de la degradación y del exhibicionismo psicópata, se está produciendo en las últimas décadas con el auge de los medios audiovisuales y de la internet, que hacen posible que cualquier material fílmico pueda ponerse al alcance de millones de personas a lo largo y ancho del planeta. Así, lo que en el pasado eran aisladas filmaciones de fusilamientos o asesinatos en público, ahora se ha convertido en particular interés de seres con graves desajustes mentales, que han decidido convertir en exhibicionista negocio su ímpetu criminal y perverso, a sabiendas de que hay personas capaces de pagar por ver cualquier tipo de imágenes por más brutales que resulten, hecho este que sirve de instigación para que ellos sigan cometiendo tales atrocidades. La ley comercial es categórica: si hay quien lo compre habrá quien lo ofrezca.

¿Qué clase de autoridades –se pregunta uno inevitablemente- pueden estar rigiendo los muchos Estados donde se producen este tipo de aberrantes situaciones que, sin lugar a dudas, dan cuenta de una descomposición social de niveles alarmantes?

Siento, que la ópera prima del muy joven Alejandro Amenábar, resulta bastante apreciable desde su ejecución, pues contiene un suspenso muy bien tensado, aspectos críticos debidamente decantados, y en especial, sirve como eficaz testimonio de una terrible problemática que además, como en este caso, compromete a los organismos estatales en su inoperancia para supervisar y ejercer el debido control sobre sus instituciones.

La iluminación, los efectos visuales, la música, los encuadres y hasta los posters colgados en diferentes espacios… dejan ver que “TESIS” ha sido realizada por un cinéfilo empedernido, convertido en cineasta por convicción, y como ya lo ha demostrado posteriormente, transformado en uno de los realizadores más sobresalientes en la España de hoy día.

El filme de Amenábar devela una seria investigación de un tema que es evidente que lo ha tocado muy hondo y en el que se ha comprometido con demarcado vigor. Creo firmemente que debería tomarse en cuenta como una apremiante voz de alerta contra esta serie de hechos que, muy penosamente, están desbordando la copa. Ninguna sociedad moderna puede permitirse semejante desvarío.