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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama Un análisis sobre el poder de la televisión, que retrata un mundo competitivo donde el éxito y los récords de audiencia imponen su dictadura. Howard Beale, veterano presentador de un informativo nocturno, es despedido cuando baja el nivel de audiencia de su popular programa. Sin embargo, antes de abandonar la cadena, ante el asombro de todos, Beale anuncia que antes de irse se suicidará ante las cámaras, pegándose un tiro en directo en ... [+]
3 de agosto de 2014
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con frecuencia, ante los vendedores que llegan a mi puerta a ofrecerme planes de televisión, suelo quejarme de que, ésta es tan floja que a las familias deberían pagarnos por permitirle la entrada a semejante montón de canales donde, en la mayoría, brilla la banalidad, la vulgaridad, y el mal gusto. Por la sola publicidad que tenemos que soportar al ver cualquier programa, resulta necio y absurdo que, además paguemos por invadirnos con semejante montón de consumismo. Analice durante una semana, cuánto de lo que dicen, reclaman, desean o rechazan sus hijos, tiene una marcada influencia televisiva... y es probable que llegue usted a la conclusión de que, lo que éste medio les brinda, está cretinizándolos por completo.

Aludiendo a la cadena en la que trabaja, la UBS -asociable a muchas de las cadenas que también llevan tres letras como iniciales-, verdad de a puño es la que dice el comunicador, Max Schumacher (William Holden), en algún momento de la película: “No somos una cadena respetable, somos un prostíbulo dispuestos siempre a aceptar cuanto podamos conseguir”.

Una vez más, el director Sidney Lumet, se nos viene al canto con un filme que pone el dedo en la llaga y que, con muy cuidados, documentados y profundos diálogos, deja al desnudo la aterradora manera como el mundo de los sentimientos nobles, las relaciones desprevenidas y la solidaridad desinteresada, se va transformando, poco a poco, en el inmutable, inescrupuloso y corrupto mundo de los negocios, donde los seres humanos no importan en absoluto, sino tan solo el dinero (o el placer) que representen.

Como era de esperarse, la película recibió un amplio número de repulsas y detracciones de unas cuantas cadenas y comunicadores de turno, lo que significa que dio en el blanco y que lastimó a más de una conciencia de aquellas que, a punta de sexo y whisky, adormecen sus liviandades.

Magnífica actuación de, Peter Finch ('El profeta iracundo'), quien, en una gira promocionando el filme, moriría de un infarto fulminante. Estupenda, Faye Dunaway (Diana Christensen), la mujer sin otro deseo especial que el de subir los ratings a como dé lugar; y en un corto, pero memorable papel, Ned Beatty (Arthur Jensen), representando una de las más intensas y mejor planeadas escenas del filme, cuando, ante los ojos atónitos de Howard Beale, le hace un impreciso, pero impactante bosquejo del mundo actual.

El dramaturgo y guionista newyorkino, Paddy Chayevsky, se hizo acreedor a su tercer y muy merecido premio Oscar (los otros dos fueron por, “Marty” y “Hospital”), pero debo decir que disiento de que, Beatrice Straight, haya merecido más el premio que la, Piper Laurie, de “Carrie”.

Amén de este detalle, que nada tiene que ver con el filme en sí, puedo decir que <<NETWORK>> es una estupenda película con una necesaria voz de alarma:

¡Estoy más que harto (de la televisión que nos brindan) y no quiero seguir soportándolo!

Título para Latinoamérica: PODER QUE MATA
Luis Guillermo Cardona
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