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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Romance. Aventuras. Drama Libremente inspirada en la obra homónima de la escritora danesa Isak Dinesen. A principios del siglo XX, Karen (Streep) contrae un matrimonio de conveniencia con el barón Blixen (Brandauer), un mujeriego empedernido. Ambos se establecen en Kenia con el propósito de explotar una plantación de café. En Karen Blixen nace un apasionado amor por la tierra y por las gentes de Kenia. Pero también se enamora pérdidamente de Denys Finch-Hatton ... [+]
8 de enero de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras un matrimonio por conveniencia, pero a la inversa -aquí es ella la que, además de belleza, ofrece la posición y el dinero, y el novio aporta calidez, "respetabilidad" y simpatía-, la baronesa Karen Blixen de Dinamarca, ha viajado con su marido Bror, hacia una granja que posee en Kenya, y allí podrá acceder al esplendor de una tierra que ofrece paisajes majestuosos y embriagadores; un espacio romántico que inspira cuentos y poesía; un ambiente de aventura donde conocerá por fin al hombre que merecerá su corazón de un todo y para todo… y también, las contradicciones de un continente donde los que antes eran dueños de la tierra ahora son esclavos o sirvientes, y los que se adueñaron de ella, gozan de abundancia y privilegios.

Karen, vive acorde a la cultura europea, pero poco a poco comenzará a percibir las marcadas e injustas diferencias que separan a unos de los otros (aquí bastante minimizadas para preservar el ambiente lírico) … y con esa sensibilidad que la lleva a apreciar la maravillosa naturaleza que reluce por cada costado, también Karen aprende a valorar a los seres humanos que la sirven y siembran su magnífica tierra.

Con un exigente guion de, Kurt Luedtke -compendio del libro, “Out of Africa”, que, como Isak Dinesen, firmara luego la memorable condesa por aquello de la subestimación a la mujer, más otros textos sobre la autora-, el director Sydney Pollack, ha logrado un filme visualmente sublime, donde cada paisaje, animal o rostro humano, consigue hacernos sentir y percibir más allá de la superficie, y complementada cada imagen con algunos temas clásicos o con la magistral partitura de John Barry –para mi gusto una de las más bellas de la historia del cine-, logra aflorar en nosotros una plenitud de sentimientos que nos arroba de una manera en la que no caben las palabras.

Cálidos sentimientos, rostros potentes o humildes, sonidos instrumentales de una belleza exquisita, voces que acarician o atrapan con sus profundas o sutiles palabras, y un puñado de sólidos personajes que vive y palpa la experiencia del amor, confluyen en un acervo impecable que lleva, a <<MEMORIAS DE ÁFRICA>>, a niveles muy apreciables como arte cinematográfico.

No obstante, confieso que alcancé a sentir un sinsabor inevitable con la manera como Dios es tratado en el filme, pues con frases tendenciosas (aunque de posible doble sentido) se le refleja como un verdugo o un ser castigador; y más lamenté aún, que Karen no consiguiera siquiera percibirle y tomarle en cuenta, pero en cambio fuera capaz de arrodillarse ante los ingleses… ¡para nada!

Por fortuna, alguna ocasional improcedencia en las palabras (o en las acciones), no empaña la grandeza que alguien puede tener como ser humano, sobre todo si quien escucha (o ve) es capaz de ser benévolo… y es indudable que, tal y como está aquí representada, Karen Blixen es un magnífico ejemplar humano.

Sólo queda volver a decir que la interpretación de, Meryl Streep, es toda una lección de encanto y virtuosismo.

Título para Latinoamérica: ÁFRICA MÍA
Luis Guillermo Cardona
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