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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama Estados Unidos, años 30. En plena Depresión económica, John y Mary, una pareja joven que vive abrumada por las deudas y el desempleo, abandona la ciudad y se establece en una granja abandonada. A pesar de la inexperiencia de John, deciden explotarla. Y este proyecto se hará realidad a medida que vayan llegando a la finca personas de los más diversos oficios que huyen de la miseria urbana. El resultado es la creación de una cooperativa ... [+]
26 de marzo de 2014
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras haber leído un artículo sobre cooperativismo y convivencia en grupo que le llamó bastante la atención, el director King Vidor se animó a escribir una historia que volvía sobre los dos temas que más le interesaban: La tierra y el hombre común. Algunas de sus más preciadas películas (“La multitud”, “¡Aleluya!” , “La calle”…) eran un efectivo y ferviente llamado a la revaloración del hombre, a la justicia social, e incluso a la Unicidad. Y ese “intenso sentimiento por la tierra y por la vida rural” -como lo dijera él mismo alguna vez-, vuelve a reiterarlo en esta magnífica película, “EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA”, que tuvo que financiar de su propio bolsillo y vendiendo muchas de las cosas que poseía, ya que el productor Irving Thalberg –aunque muy interesado en hacerla- no consiguió que el Estudio (la MGM) le aprobara el proyecto.

La historia de Vidor (sin más parentesco con el filme de F. W. Murnau que los seres del común), fue convertida en guión por Elizabeth Hill, escritora que seguiría trabajando con él en cinco películas en total (las otras serían “Milicias de paz”, “La ciudadela”, “Paso al noroeste” y “Cenizas de amor”). Entre otras cosas, recordando ahora los numerosos guiones que diferentes mujeres escribieron para Vidor, llego a la conclusión de que, nuestro apreciado director, estuvo casi convencido como Samuel Goldwyn, de que “las mujeres casi siempre aciertan”.

En la revisión de los diálogos, colaboraría nada menos que el futuro gran director Joseph L. Mankiewicz, y con un grupo de actores de escaso renombre, pero con amplia experiencia, King Vidor hizo la que es, sin duda, una de las mejores alabanzas al socialismo que haya podido hacer el cine norteamericano en toda su historia… Por supuesto, las reaccionarias voces en contra del filme no se hicieron esperar.

Pero esta bellísima historia, en la que resurgían los John y Mary de “La Multitud”, todavía trasegando por la difícil sobrevivencia en la irónicamente llamada “tierra de las oportunidades”, donde en realidad el Estado es invisible para la mayoría, sería muy bien acogida por la crítica internacional, y ahora es un clásico incuestionable por su profundo humanismo, su preciso sentido de la solidaridad y de la lucha mancomunada, y por la magnífica plástica de muchas de sus imágenes, donde hay momentos que son arte excelso, como la escena en que se subasta la finca; la actitud final de Loui Fuente (magníficamente representado por Addison Richards); o la maravillosa secuencia de la canalización del agua, con la que Vidor rinde su más sentido homenaje a la labor del hombre de campo, y en la que, él mismo, quiso sentirse parte de aquel encomiable grupo, apareciendo en un par de planos muy significativos.

Se necesita pleno conocimiento de lo que se habla, un gran sentido humano en lo que se escribe, y una cuidada estética en lo que se hace, para que un filme alcance la trascendencia. King Vidor sabía bastante de todo esto.

Título para Latinoamérica: “GANARÁS EL PAN”
Luis Guillermo Cardona
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