Después de haber adaptado -con éxito- el cómic de Yoshiie Goda, “Kûky Ningyô” (Muñeca de Aire, 2009), el director Hirokazu Koreeda, volvió a encontrarse con una historia que lo inspiró desde el primer capítulo que leyó. Se trataba del manga, “Umimachi Diary” (Diario de una Ciudad Costera, 2006) que, Akimi Yoshida, publicara por entregas en la revista Flowers, habiendo recibido favorables críticas y el premio al Mejor Manga en el Japan Media Arts Festival de 2007. Admirador de sus películas, para, Yoshida, fue un honor que, Koreeda, fuese el encargado de adaptar al cine esta historia del subgénero, josei o redikomi (dirigida a mujeres), pues, el resultado es inmejorable y el director se ha abonado aquí uno de sus filmes para la eternidad.

Se trata de tres hermanas que, al asistir al funeral de su padre, conocen a la hija que este tuvo con su nueva esposa, y al comprender que, Suzu, no será feliz si se queda con su madrastra, ellas le ofrecen vivir a su lado… y en un abrir y cerrar de ojos, la dulce chiquilla de 15 años se viene a la acogedora casa campestre donde, sus hermanastras -mayores que ella-, le darán la más afectuosa acogida.

Comienza así una mágica historia de amores y desamores, encuentros y desencuentros, en la que, cuatro adorables muchachas nos mostrarán lo fascinante que puede ser la vida cuando damos lo mejor de nosotros y cuando el bien de los demás nos importa tanto como el nuestro. Sachi, Yoshino, Chika y Suzu, saben tanto de la vida y de la hermandad como si hubiesen sido instruidas por el más grande de los maestros… y conste que tienen sus diferencias y no temen exponerlas en el momento oportuno. En la historia, abunda la más exquisita comida japonesa y las ricas bebidas que las chicas preparan; hay espacio para apreciar ciertas tradiciones y cuestionar otras… y sobre todo, hay un gran cúmulo de sentimientos que exaltan al ser humano y nos hacen ver a la mujer como un ser por excelencia.

Sachi (fascinante interpretación de Haruka Ayase), es la hermana mayor –de profesión enfermera- que toma la rienda del hogar y lo hace con una mezcla de carácter, dulzura y sabiduría que siempre pone las cosas en su lugar. Yoshino (Masami Nagasawa), es la empleada de un banco que no ha perdido ni un ápice la sensibilidad ante las dificultades humanas. Chika (Kaho), empleada de una tienda de objetos deportivos, es la muchacha alegre y laboriosa, siempre consecuente con las decisiones de sus hermanas; y Suzu, la hermana pequeña, es la estudiante que, como un cerezo en flor, enaltece al mundo con su suavidad y belleza.

El filme fluye como un limpio manantial: resplandeciente, fresco, luminoso y relajante, y magníficos paisajes envuelven a aquellas muchachas que dan sentido a la vida y al universo entero. Al final, me quedo pensando que, el día que comprendamos que, solo lo bueno y generoso que hay en cada uno de nosotros debe fluir a borbotones, es cuando por fin recuperaremos el paraíso perdido.

No tengo la menor duda: <<NUESTRA HERMANA PEQUEÑA>>, es un filme fascinante.