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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama Alvin Straight (Richard Farnsworth) es un achacoso anciano que vive en Iowa con una hija discapacitada (Sissy Spacek). Además de sufrir un enfisema y pérdida de visión, tiene graves problemas de cadera que casi le impiden permanecer de pie. Cuando recibe la noticia de que su hermano Lyle (Stanton), con el que está enemistado desde hace diez años, ha sufrido un infarto, a pesar de su precario estado de salud, decide ir a verlo a ... [+]
18 de octubre de 2009
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es la clase de filme que se le puede recomendar a la humanidad entera. ¡Cuán poco cuesta realizar una película así, pero cuánta sensibilidad hay que tener para poder lograrla!... y claro, se necesita ser sensible a las cosas simples y a la interioridad humana, para poder compenetrarse firmemente con esta mágica historia.

Lo que sucede, escrito por John Roach y Mary Sweeney, es arrancado de la vida y del vigor del hombre. Alvin Straight (muy cálidamente representado por Richard Farnsworth), es un campesino de 73 años, cuyo cuerpo se halla bastante resquebrajado y ya con ánimos de volver a la crisálida. Aunque tuvo numerosos hijos de los que sobreviven siete, ahora sólo comparte su vida con Rosie (Sissy Spacek), la hija sufrida y discapacitada, pero, con una inimaginable lucidez.

Un día, Alvin es notificado de que su hermano, Lyle (Harry Dean Stanton), ha sufrido un paro cardíaco, y aunque hace ya diez años que no se ven -alejados por ya viejos y descoloridos disgustos-, Alvin siente que ya es hora de perdonar y olvidar los errores del pasado. Entonces, en su vieja podadora, emprende un insólito viaje de ¡510 kilómetros! que, tras una primera frustración, él reemprende adquiriendo un nuevo cacharro con más aguante, y el viaje lo asume como un acto de expiación donde podrá transpirar todos los resquemores del pasado.

Alvin, está viendo la vida con sentido y con esperanza. Tiene una total predisposición para dar de sí cada experiencia vivida que se le viene al paso, y aunque no es un hombre de muchas palabras, ni es tampoco un intelectual, sus vivencias son tan claras y él las expresa con tanta humildad y calidez, que no tarda en tocar el alma y sensibilizar al más curtido. Su vida, entonces, se convierte en fuente de luz, y a la vez, en receptora de los favores de un puñado de seres auténticos que la existencia pone en su camino. Un esplendoroso sendero colmado de luz celeste, de cielos estrellados que nos recuerdan que, entre tanta oscuridad, siguen resplandeciendo incontadas estrellas, y bordado con verdes y sembradas llanuras de una belleza inefable, se convierte en una exaltación de la vida y un canto de esperanza que da prueba fehaciente de que, para nosotros, es posible el regreso al paraíso.

Todo lo que se requiere es convivencia, compartir, confiar… y caminar. Si te prodigas, harás que la humanidad sea pródiga contigo; si fluyes como fuente, verás fluir las bondades del universo; y si das amor a todos los que te rodean, podrás saborear y disfrutar de todos los néctares del mundo.

El director, David Lynch, ya se había hecho grande con “The Elephant Man”. Con, <<THE STRAIGHT STORY>>, se hace digno de nuestro más profundo aprecio. ¡Qué poderoso se vuelve el arte cinematográfico con películas como ésta... y con realizadores como Lynch!

Título para Latinoamérica: <<UNA HISTORIA SENCILLA>>
Luis Guillermo Cardona
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