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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Drama Randle McMurphy (Jack Nicholson), un hombre condenado por asalto, y un espíritu libre que vive contracorriente, es recluido en un hospital psiquiátrico. La inflexible disciplina del centro acentúa su contagiosa tendencia al desorden, que acabará desencadenando una guerra entre los pacientes y el personal de la clínica con la fría y severa enfermera Ratched (Louise Fletcher) a la cabeza. La suerte de cada paciente del pabellón está en juego. (FILMAFFINITY) [+]
9 de enero de 2013
22 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los libertinos se caracterizan por entender la libertad como el derecho a proceder según el antojo de la voluntad sin objeción, ni sujeción, alguna a las circunstancias externas. De esta manera, se ponen al margen de toda responsabilidad. Saben que tienen derechos, pero ignoran o se proponen, premeditadamente, dejar de lado los deberes a los que están sujetos. Ejemplo: Puedes (derecho) tomar una piedra y lanzarla; pero has de cuidar (deber) de no golpear a nadie, porque toda persona tiene derecho a su integridad. Los desadaptados tiran la piedra y no se preocupan si al lanzarla hieren a alguien o hacen cierto daño material. Esto es lo que da forma al libertinaje.

La libertad se consuma mediante una tríada conductual: La persona ejerce sus derechos (1) – respetando sus deberes (2) – a sabiendas de que, de esta manera, asegura los derechos de los demás (3). Porque cuando hago lo correcto, aún en contra de lo que más deseo, es la manera cierta como ejerzo la plena libertad.

Cuando recién se estrenaba -por allá por 1975- vi por primera vez, <<ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO>>, y me ocurrió lo que a la mayoría de la gente: Me dejé llevar por la grata camaradería que se daba entre los pacientes del hospital mental; le cogí rabia a la rígida y fría enfermera, Ratched; me sentí muy a gusto con ese alegato antifascista y antidictaduras que se captaba entre líneas; y terminé encantado con la relación de amistad, y complicidad, que se da entre, McMurphy y el “Jefe” indio, a lo largo de la historia. Entonces, sin reticencia alguna, le di la máxima nota. Me podía más el corazón que la razón… y a los 20 años, no es común que la razón se encuentre ya en su mejor punto.

Ahora, mi corazón y mi razón se sopesan permanentemente… y al volver a ver el aclamado filme del director, Milos Forman, sentí que tiene más de rebeldía que de espíritu libertario; aboga más por el libertinaje que por la verdadera libertad; y acude, además, a una misoginia deplorable: las mujeres que aparecen en la trama o son putas o son verdugos... ¡Ah! y los métodos utilizados por Mac para ganar, “el derecho a ser libres”, están más cerca de la altanería y la irresponsabilidad que de la discreción y la altura que demandan las relaciones asertivas. Es precisamente, este comportamiento, el que, paso a paso, va sacando a flote la todavía peor y lesiva autoridad de la enfermera Ratched, siendo así que ella también pierde, al caer en la trampa –el reto a su templanza- que le tiende, McMurphy, como instrumento del universo.

Visto desde esta otra perspectiva, el filme podría ser ejemplarizante sobre los retos perdidos de la autoridad, pues, el ejercicio que reclama la vida no es la represión sino el preservar la ecuanimidad y la firme actitud ética ante las salidas improcedentes. La respuesta de los directivos de aquel vergonzoso hospital es totalitaria: Al que no se somete, se le elimina. Lobotomía y shocks eléctricos, son algunos de los recursos más asiduos de esta ideología.

Título para Latinoamérica: <<ATRAPADO SIN SALIDA>>
Luis Guillermo Cardona
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